Según estudio, dirigido por el investigador Peng Wang de la Academia China de Ciencias, si no se toman medidas adecuadas, la IA podría llegar a generar entre 1.2 y 5 millones de toneladas métricas de residuos electrónicos para 2030.
Promoción Empresarial – Especial Responsabilidad y Sostenibilidad Social |02|11|24|
El reciente auge de la inteligencia artificial (IA) generativa ha revolucionado diversos sectores, desde la investigación científica hasta la creación artística. Sin embargo, esta expansión vertiginosa ha traído consigo una amenaza ambiental significativa: la generación masiva de basura digital que generará la IA, también conocida como basura electrónica o e-waste.
A medida que se desarrollan modelos más grandes y complejos de IA, el hardware necesario para soportarlos se vuelve rápidamente obsoleto, lo que aumenta considerablemente los desechos electrónicos. Estos residuos representan un desafío ambiental de gran envergadura, ya que no solo contribuyen a la contaminación, sino que su inadecuada gestión pone en peligro tanto al planeta como a la salud humana.
Se estima que si no se aplican medidas para contrarrestar este problema, el impacto de la IA generativa en la creación de basura digital podría ser devastador para 2030. Te contamos cómo la IA está acelerando la producción de basura electrónica. ¡No te lo pierdas!
La enorme cantidad de basura digital que generará la IA
Un estudio reciente, dirigido por el investigador Peng Wang de la Academia China de Ciencias y publicado en Nature Computational Science, ha puesto en evidencia el enorme volumen de basura digital que generará la IA en la próxima década.
Según el informe, si no se toman medidas adecuadas, la IA podría llegar a generar entre 1.2 y 5 millones de toneladas métricas de residuos electrónicos para 2030. Esta basura provendrá principalmente de componentes como unidades de procesamiento, almacenamiento y sistemas de alimentación, elementos cruciales para sostener la infraestructura de IA.
El estudio presenta cuatro escenarios de crecimiento para la IA, que van desde un enfoque agresivo con aplicaciones masivas hasta uno más conservador. En el escenario más extremo, el volumen de residuos podría llegar a 2.5 millones de toneladas anuales en 2030, lo que equivale a llenar 2 mil estadios de fútbol con equipos electrónicos desechados. Dentro de este cálculo, se destaca la cantidad de 1.5 millones de toneladas de placas de circuitos impresos y medio millón de toneladas de baterías, que contienen materiales peligrosos como plomo y cromo, altamente perjudiciales para el medio ambiente.
¿La circularidad podría reducir la contaminación generada por la IA?
El estudio elaborado dirigido por Peng Wang no solo detalla los volúmenes alarmantes de basura digital que generará la IA, sino que también advierte sobre los riesgos asociados. Los residuos electrónicos contienen sustancias tóxicas que, si no se gestionan adecuadamente, pueden contaminar el agua, el suelo y el aire, afectando directamente la salud humana y la biodiversidad. Además, el aumento de desechos electrónicos podría acelerar el agotamiento de recursos naturales no renovables debido al incremento en la demanda de estos para la elaboración de chips y otras tecnologías.
La economía circular emerge como una solución clave para mitigar este problema. Implementar modelos de producción más sostenibles y prolongar la vida útil del hardware son dos estrategias fundamentales para reducir la huella de carbono de la IA.
De acuerdo con el estudio, adoptar un enfoque circular podría disminuir hasta en un 86% la generación de residuos electrónicos. Esto implicaría reciclar los componentes esenciales de los equipos de IA, así como mejorar los procesos de fabricación para utilizar menos recursos vírgenes y reducir el volumen de residuos.
Incentivar el uso responsable de la IA y gestionar los residuos
Para evitar que la basura digital que generará la IA se convierta en una crisis ambiental de grandes proporciones, es esencial fomentar un uso responsable de esta tecnología. La gestión de los residuos electrónicos debe ser prioritaria, ya que estos residuos contienen materiales peligrosos que representan una seria amenaza para el medio ambiente y la salud pública.
Además, es crucial incentivar la adopción de tecnologías más eficientes y menos contaminantes, así como desarrollar políticas que regulen la producción y disposición de residuos electrónicos. Solo con una regulación adecuada y la concienciación sobre el problema de la basura electrónica será posible minimizar el impacto ambiental de la IA. La combinación de innovación tecnológica y responsabilidad empresarial es clave para enfrentar este desafío.
La IA no sólo debe avanzar en eficiencia, sino en sostenibilidad
La inteligencia artificial tiene el potencial de transformar nuestra sociedad en formas inimaginables, pero también está creando una montaña creciente de basura digital que generará la IA, que amenaza con tener un impacto devastador en el planeta. La proyección de hasta cinco millones de toneladas métricas de residuos electrónicos derivados de la IA para 2030 resalta la urgencia de actuar. Adoptar una economía circular en el ámbito tecnológico no es solo una opción, sino una necesidad crítica para evitar la sobrecarga de nuestros ecosistemas con materiales tóxicos y no biodegradables.
Es imperativo que la IA no solo avance en términos de capacidad, sino también en sostenibilidad. Las empresas tecnológicas, los gobiernos y los usuarios deben colaborar para garantizar que el progreso de la IA sea compatible con la preservación del medio ambiente. La circularidad debe ser el eje en torno al cual gire la próxima fase de desarrollo de la IA, asegurando que esta tecnología siga siendo un motor de innovación sin convertirse en un agente de destrucción ambiental.
@brjula.digital.bo