Evo Morales bloqueó los caminos del país ¿Qué quería? Según él, la vigencia de la Constitución, una justicia limpia e independiente, que no haya golpe judicial, que el gobierno no use a la justicia como arma política contra los opositores y que haya Estado de derecho. Hay que tener mucho cinismo para plantear eso. No olvidemos que Morales fue el primero en violar la Constitución.
En la Carta Magna de 2009 había un artículo transitorio aceptado por Morales para evitar que éste se presente a la próxima elección presidencial; para aprobar esa Constitución, él dio su palabra indicando que no sería candidato. No cumplió su palabra. El cínico nunca ha honrado su palabra.
Después, aceptó el referéndum de 2016, indicó que cumpliría su resultado. Expresó que si perdía se iría a su chaco: no lo hizo porque su chaco era el palacio presidencial. Candidateó nuevamente, violentando el cumplimiento de la ley. Usó a la justicia para que se le reconozca su “derecho humano” a candidatear indefinidamente. El cínico estuprador cree tener el “derecho” humano a ser presidente las veces que él desee.
Pide justicia independiente cuando, por más de una década, usó a esa justicia para prolongar su poder, para tapar sus corrupciones. Es un cinismo que pida justicia independiente cuando él la cooptó por más de una década e hizo con ella lo que quiso. Morales dice que no se debe usar a la justicia como arma política, cuando fue él quien la utilizó como su arma preferida para destruir a la oposición. Expresa que quiere que haya Estado de derecho, cuando él, durante su mandato, absorbió al Poder Judicial, cooptó y utilizó al Poder Electoral, incluso en las elecciones de 2019, cuando las mujeres, los niños y los jóvenes se movilizaron y lo empujaron a que renuncie. Después, el cobarde huyó con llanto en los ojos.
Pero Morales no es el único cínico. El cómplice de todas las violaciones a la Constitución fue el actual Presidente. Fue cómplice de los desmanes que hacía el jefazo con las niñas que llegaban a Palacio. Más todavía, fue el cómplice de hundir la economía, despilfarrando los recursos del boom de las materias primas. Él manejaba la economía, él era el corresponsable de que el Estado no hiciera exploración de hidrocarburos. Ambos son culpables de la crisis económica que azota a Bolivia.
Morales no defiende la Constitución, movilizó a sus bases, que se van reduciendo a sólo a los cocaleros. Él quería una justicia propia, deseaba tener un Tribunal Constitucional que lo habilite para ser candidato en 2025. Esa es la razón de toda su estrategia política. En 2025 ha movilizado a gente en Llallagua para asesinar a policías y pobladores de ese lugar, todo con la intención de parar las elecciones de este año. Lo hizo en abierta complicidad con el narcotráfico.
Morales es un autoritario, de alma dictatorial, que ha probado las mieles del poder. Por eso desea retornar a ellas, para vivir adulado por sus clientelas, usando sin medida el erario público para sus caprichos, para hacer sus museos propios. Como megalómano requiere el poder para estar conforme consigo mismo.
A Arce Catacora, Morales le prestó el poder, pues lo creía plenamente fiel. Creía que gobernaría como “vicepresidente”, mientras él, el exjefazo, controlaría el poder y las arcas públicas. Inocente creencia. Por su lado, Arce, ni bien fue ungido como Presidente, sintió que el poder era suyo y poco a poco fue desobedeciendo a Morales. El poder le hizo creer que era un buen Presidente. Los obsecuentes, que siempre están alrededor de las mieles de poder, le enseñaron y aconsejaron que el poder hay que mantenerlo, cuidarlo, haciendo todo lo necesario para hundir a quien quiera arrebatárselo.
Arce no es un líder, no es un caudillo, pero es el dueño de la billetera pública. Ésta es un instrumento muy útil para convencer a la “reserva moral de la sociedad”, a los movimientos sociales, de que lo mejor es estar cerca del poder. Por ello, la docilidad de la COB, de las Bartolinas, de la Csutcb y otros movimientos sociales que expresan que el “hermano Lucho” era el nuevo líder del proceso de cambio.
Todos estos que antes se arrodillaban ante Morales, ahora lo hacen con Arce Catacora, y éste cree que lo hacen por él, porque es un buen Presidente y el nuevo líder del MAS. Lo único meritorio del tenebroso Arce fue haber hundido a Morales.
Morales y Arce pelearon por el poder, no lo hicieron por ideas. Eso de la revolución democrático-cultural que se hundió hace tiempo. Eso del Estado Plurinacional, una bolsa vacía sin contenido. A ambos se les nota el tufillo de la cercanía al narcotráfico. Ambos evaden la realidad y solo miran la necesidad de apropiarse del poder, pero tienen el cinismo de plantear que defienden la democracia.
El MAS del uno y del otro ya no tiene nada que ofrecerle al país. Arce, que también es un cínico, dice que el país está bien, que solo hay problemas coyunturales. Aprueba que sus hijos hayan obtenido créditos por nueve millones de dólares. Dice que se debe profundizar el modelo social comunitario, cuando este modelo ha hundido a Bolivia. Afirma que se han descubierto las reservas gasíferas más grandes del mundo. Con excesivo cinismo dice que hay crisis porque el Legislativo no aprobó créditos externos. El cínico dice que industrializó el país cuando todos saben que no funciona ni su fábrica de papas fritas.
Pero junto a estos cínicos (Morales y Arce) aparece otro cínico: Andrónico, quien dice que no es corresponsable del despilfarro que hizo Morales en su gobierno, que no tiene nada que ver con la falta de exploración de hidrocarburos en esos años. Dice que no ha visto las violaciones a los derechos humanos y a la Madre Tierra. Este cínico es corresponsable, con Morales y Arce, de todo lo que pasó en esos años. El cínico joven, renovación de cínicos en el MAS, dice que no ha gobernado con Arce; expresa que no es corresponsable de la crisis económica en la que se encuentra el país. El cínico Andrónico afirma que no tiene nada que ver con la crisis moral y ética creada por su partido, por el MAS. En fin, ojalá Bolivia cierre la puerta a estos cínicos del MAS.
Carlos Toranzo es economista.