Desde fines del siglo XIX hasta mediados del XX los trabajadores emprendieron la organización de sus sindicatos, primero organizando sociedades de socorros mutuos, la misma que sirvió para crear un ambiente de solidaridad entre los trabajadores de los diferentes gremios y luego pasar a la organización de sindicatos de trabajadores por sectores: mineros, fabriles, gráficos, ferroviarios y muchos otros que eran representativo de la economía boliviana. Esa época culminó con la creación de la Central Obrera Boliviana (COB).
El crecimiento de la organización de sindicatos de bases y luego sus federaciones y confederaciones laborales no fue lineal, se aprecia avances y retrocesos tanto de su organización como en su ideario, es decir su plataforma de lucha.
Desde muy temprano las organizaciones sindicales estuvieron influenciadas por la Revolución Rusa de 1917 y por consiguiente por las ideas Marxistas que se complementaron con el Leninismo. Estas ideas habían llegado con mucha fuerza a países con un mayor desarrollo capitalista respecto a Bolivia, me refiero fundamentalmente a la Argentina y Chile. A mediados del siglo XIX la argentina era un país rural, tenía muy pocos habitantes, pero el desarrollo capitalista se acelera en la segunda mitad del siglo llegando a convertirse en un país eminentemente capitalista agro-exportador. Esto desarrolló sectores de trabajadores en frigoríficos, ferroviarios, puertos, etc. Se conocía a este país como el granero del mundo. Los trabajadores con los que se nutrió la industria argentina provenían Europa. La Argentina pasó de un millón de habitantes en 1850 a pasó a más de 6 millones en 1930. Estos trabajadores llevaron la ideas socialistas y anarquistas.
Otro tanto ocurrió en Chile ante la ausencia de protección social y laboral los trabajadores chilenos comenzaron a organizarse para proteger a sus asociados fomentando la solidaridad, crearon las mutuales.
En la primera y segunda décadas del siglo XX se crea la Federación Obrera de Chile (FOCH), liderizada por el Partido Demócrata integrada por los trabajadores del salitre, trabajadores del ferrocarril. El Partido Demócrata perdió fuerza debido a la presencia de ideas revolucionarias que difundía el Partido Obrero Socialista de Emilio Recabarren que posteriormente se convirtió en Partido Comunista, de esta forma y al calor de la Revolución Rusa el FOCH comenzó a enarbolar las ideas anticapitalistas y revolucionarias.
El marxismo, el anarquismo de la época que llegó a Bolivia provenían de las experiencias de los países vecinos. Más adelante estas ideas se fueron enriqueciendo con las ideas que Mariátegui pregonaba en el Perú. Marxismo más indianismo.
Pero lo que más profundizó y enraizó las ideas revolucionarias y contestatarias fueron la masacres de trabajadores. La más seria se produjo en 1862, cuando en la batalla de Kuruyuki, en Cuevo, fueron masacrados 6.000 trabajadores. En el Siglo XX se registraron las masacre de Uncía (1923), de Catavi (1942), de Potosí (1947), de Siglo XX-Llallagua (1949), de San Juan (1967) y de Caracoles (1980). Para acortar el relato, se registraron más o menos 30 masacres de trabajadores por reclamar sus reivindicaciones sociolaborales. En varias de ellas murieron hasta decenas de personas.
Todos estos aspectos fortalecieron a aquellas ideas revolucionarias que llegaron con los vientos de la Revolución Rusa. Pero no solo se fue redondeando la idea de revolución, sino que también desde las organizaciones laborales se comenzó a pensar en la construcción de un partido político que los represente.
El esfuerzo de por lo menos 60 años de construcción de la organización y del ideario sindical se fue destruyendo en los últimos años. Solo queda algunos símbolos y consignas desprovista de la historia que los creo queda vacía, una calcamonía en un casco de minero.