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Sociología espontánea | 12/09/2024

Plagiar el racismo

Daniel Mollericona
Daniel Mollericona

“No he dejado de pensar en ti,

me gustaría decírtelo.

Me gustaría escribirte que te extraño

y lo pienso. Pero no te busco”

Estos bonitos versos circulan en las redes y se atribuyen al famoso escritor estadounidense Charles Bukowski como un “Fragmento de ‘Pulp’ (1994), de Charles Bukowski”.

La simplicidad de los versos y la temática apasionada del “contacto cero” con el/la amado/a han hecho viral este contenido. Sin embargo, este poema no es de Bukowski, sino de la escritora italiana Erica Ronchi. Según ella, lo escribió el 10 de agosto de 2014 y lo subió a su blog en Tumblr. Por la magia de las redes, que lo tradujeron, se le ha (casi) quitado la autoría.

Non ho smesso di pensarti… es el título en italiano. Suena más plausible, en todo caso, para alguien que está scrolleando en las redes, atribuirlo casi mecánicamente a un gran nombre como el de Bukowski y no al de una joven escritora de Italia (que, por cierto, no ha traducido el poema).

Estas adjudicaciones de ideas, conceptos o incluso obras completas ocurren en la historia de la transmisión de ideas. En este caso, sin embargo, no es que Bukowski reclamara una idea (ya falleció hace varios años); es decir, podemos decir que no incurrió en plagio consciente.

Pero esto no solo ha pasado en el mundo de la literatura, sino también en el ámbito legal-político.

No es desconocida la definición de la ley 045, que ha servido en diversas instancias de la vida pública de Bolivia, como en el caso penal contra el tiktoker Blanco:

“Se considera ‘racismo’ a toda teoría tendente a la valoración de unas diferencias biológicas y/o culturales, reales o imaginarias, en provecho de un grupo y en perjuicio del otro, con el fin de justificar una agresión y un sistema de dominación que presume la superioridad de un grupo sobre otro” (Artículo 5., definiciones).

Como aficionado a la teoría social siempre he considerado que, pese a las deficiencias como ley, este concepto estaba bastante bien “armado”. La creación abstracta de una teoría suele tomar décadas de trabajo académico y ese concepto sonaba bastante bien. Fue, al final, una sorpresa encontrar que el concepto fue tomado, (¿plagiado?) del escritor tunecino-francés Albert Memmi, de su libro Le racisme. Description, définition, traitement, del año 1982, publicado por la editorial Gallimard. Lo vemos a continuación:

“Le racisme est la valorisation, généralisée et définitive, des différences, réelles ou imaginaires, au profit de l'accusateur et au détriment de sa victime, afin de justifier une agression ou un privilège” (p. 98-99)

En el mundo académico, aunque la obra original sea en francés, aunque se hagan algunos cambios como aumentar “diferencias biológicas y/o culturales” o “sistema de dominación que presume la superioridad de un grupo sobre otro” al inicio o al final, constituye un caso de plagio, ya que en las buenas prácticas académicas se debe dar crédito de una creación a su autor o autora.

El libro más conocido de Memmi es el que se tradujo al castellano como El retrato del colonizado (1971), pero el libro Le racisme solo tiene traducción al inglés.

He rastreado dos posibles fuentes de su llegada al castellano. Una es la publicación de la revista El Correo de la Unesco en 1983, donde traducen un artículo de Memmi con su definición. O, creo más plausiblemente, por la socióloga Elena Casaús, quien tiene dos libros excelentes sobre el racismo en Guatemala: Guatemala: Linaje y racismo (1992) y La metamorfosis del racismo en Guatemala (1998) y donde cita esta definición. Sea alguna de estas u otras, lo importante es que la similitud es abrumadora.

No estoy seguro si en el ámbito legal hay un “pase libre” para utilizar ideas ajenas en el diseño de leyes o si es necesario reconocer las fuentes de las mismas. Esa es una pregunta para los abogados y los policymakers. Las preguntas para los demás son: ¿Podemos aplicar un concepto influenciado por el contexto europeo/africano del siglo pasado para hablar del racismo en Bolivia? ¿Será necesario pensar en “refinar” este concepto? ¿Cómo? Estas son las claves para tratar el racismo: pensar en el racismo y buscar una salida. Un poco diferente de cómo Erica Ronchi cierra su poema:

“Y recuérdame y recuerda que pienso en ti,

que no lo sabes, pero te vivo todos los días,

que escribo sobre ti. Y recuerda que buscar y pensar son dos cosas diferentes.

Y yo te pienso, pero no te busco”.

Daniel Mollericona es estudiante de doctorado en la Universidad de Yale.




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