Pese a estar entre rejas, Kushner es libre

William Kushner pasará una Navidad más entre rejas. Es un hombre inocente que está preso debido a un irracional sistema de justicia que en este caso actúa bajo la influencia de grupos de presión.

Kushner fue encontrado culpable de feminicidio en septiembre de 2020 tras cinco años de juicio, pero el propio fallo establece que su intención no fue causar la muerte de su expareja. Por lo tanto, debió ser condenado como máximo por homicidio culposo y ya estaría libre. Cómo máximo digo, porque la culpa de Kushner, en realidad, es “conducción peligrosa”, que no tiene pena de cárcel.

La sentencia de “feminicidio” dice que su vehículo marchaba a 6 km/h ese trágico 19 de agosto de 2015 cuando se produjo el accidente. Agrega que Kushner ¡no atropelló a su expareja! Ella quiso aferrarse al auto en movimiento. Y que no fue su intención causar la muerte de nadie.

“(Kushner) se encontraba desplazándose a solo 6 km/h por hora, siendo este el hecho que se encuadra en la descripción de un dolo eventual, que por norma establecida en la segunda parte del art. 14 del CP y el Auto Supremo No.322/2014 RRC”, se lee en el fallo.

La sentencia, de 130 páginas de extensión, agrega que “(el dolo eventual) toma en cuenta la circunstancia de que surge cuando el sujeto activo se representa como probable la eventualidad de que la acción produzca la muerte aunque este resultado no sea el deseado, a pesar de lo cual persiste en dicha acción que obra como causa el resultado producido”. O sea que la muerte de la expareja de Kushner “no fue el resultado deseado” de las acciones de este. ¿Cómo puede entonces ser acusado de “feminicidio”, un delito que entraña precisamente premeditación y alevosía?

El texto de la sentencia reconoce que su expareja corrió detrás del vehículo y quiso aferrarse a éste: “si William Kushner detenía la marcha de su vehículo al ver la determinación de ella de agarrarlo” no se hubiera producido el hecho. Es decir que no la atropelló. Ella quiso agarrarse al vehículo en movimiento. No lo dice la defensa ni este articulista, sino el fallo.

También agrega que Kushner tenía un grado alcohólico de 1,50 “en comparación al de la víctima, que estaba con 2,30”.

La ley señala que en todo accidente que se produzca en la calzada se presume la responsabilidad del peatón y que éste será considerado responsable si trata de aferrarse, subirse o bajarse de un auto en marcha. Pero en Bolivia jueces y fiscales no se sujetan a las normas, como lo demuestran este y cientos de casos más.

La parte acusatoria señaló siempre que Kushner actuó con frialdad para matar a su expareja, atropellándola frontalmente y luego retrocediendo para atropellarla una segunda vez. Nada de eso era verdad.

Atendiendo estos y otros asuntos, la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia le dio detención domiciliaria a Kushner en noviembre de 2020, pero en 2022 ese fallo fue revertido, a pedido de la acusación, con el argumento de que había riesgo de fuga… pese a que Kushner cumplió fielmente su detención y había cámaras en la puerta de su departamento. Algunos amigos de Kushner le rogaron que huyera, pero no lo hizo. Y aún así la justicia lo mandó de vuelta a San Pedro porque quienes lo acusan insistían en que existía ese riesgo. ¡Pero no se escapó durante los dos años que estuvo en su casa! ¿No demostraba eso a los jueces que no había riesgo de fuga? Como dice esta frase atribuida a Einstein: “El mundo no está en peligro por las personas que tienen maldad en el corazón, sino por aquellas que permiten esa maldad”.

Lo alentador de este caso, sin embargo, es que las acusadoras no han logrado derrotar el espíritu de Kushner. Pese a estar entre rejas, es más libre (e incluso está más en paz consigo mismo) que ellas. Ojalá que esa entereza le dure porque en algún momento habrá justicia.

Raúl Peñaranda es periodista.