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25/08/2024
Cara o Cruz

El referéndum y el jaque a Evo

Raúl Peñaranda U.
Raúl Peñaranda U.

El objetivo principal del Gobierno al convocar al referéndum del 1 de diciembre próximo es sacarse de encima a su rival principal, Evo Morales. La pregunta está hecha de una manera en la que Morales no podrá ser candidato, independientemente de si ganan las opciones “Sí” o “No”. En Alasitas diríamos “suerte sin blanca” para el arcismo. Más elegantes, usando una figura del ajedrez, diríamos “jaque mate al rey”.

En los últimos tres años yo planteé que a la oposición no le convenía la inhabilitación de Morales, ya que era mejor que el masismo estuviera dividido en dos líderes fuertes, Arce y Morales, que se dividan ese importante caudal electoral, que ha superado en los últimos años el 50% de los votos. Ello, más un proyecto como el del masismo en franca crisis política, moral, social y económica, para 2025 abría, señalaba yo, buenas opciones para la oposición. No tanto por las propias virtudes de los opositores, sino por las debilidades de sus adversarios.

Pero la muy mala gestión de Luis Arce ha hecho que ese voto sea cada vez menos dividido en dos partes. El masismo se está reconfigurando progresivamente en uno de sus polos, el que representa Evo Morales. Entonces, para la oposición (y para el país) es mejor la inhabilitación de Morales.

Es obvio que el Gobierno desea sacar del camino a su rival más odiado (y temido). Y de ahí sale, entonces, la pregunta 1 del referéndum, que el TSE aceptó el viernes 23 para que siga su curso hacia el referéndum del 1 de diciembre.

La manera cómo está planteada la pregunta no entraña una reforma constitucional inmediata; por lo tanto puede ser incluida en un referéndum convocado por el Presidente y no se necesita, según mi criterio, que se apruebe una ley de reforma constitucional por dos tercios de votos. Por lo siguiente: si gana el No, no hay reforma constitucional, se ratifica que ningún presidente puede gobernar más de dos veces y Morales queda inhabilitado. Si gana el Sí, entonces debe procederse a una reforma constitucional posterior, en alguna eventual siguiente legislatura, cuando se requerirá esos dos tercios y luego convocar a otro referéndum. Es decir, quizás nunca. De aquí que hablo de “jaque mate”.

Quienes dicen que Morales no puede postular en 2025 y que este referéndum es innecesario, se equivocan: la Constitución actual deja un vacío por la manera como está redactado el artículo 168: “El periodo de mandato (del) Presidente y Vicepresidente (…) es de cinco años, y pueden ser reelectos por una sola vez de manera continua”. No dice nada de los periodos discontinuos. Eso les pasa por redactar constituciones a la rápida, con abogados españoles dictando qué hacer en las oficinas de la Lotería, como ocurrió con el texto constitucional actual aprobado por los valencianos Viciano, Martínez Dalmau y otros de sus amigos. La CPE boliviana de 1967, mucho más breve y precisa que el mamotreto de 2009, (y escrita por bolivianos) establece con detalle el tema: “El período del Presidente y Vicepresidente Constitucional de la República será de cuatro años improrrogables. Ninguno de ellos podrá ser reelegido sino pasados cuatro años de la terminación de su mandato constitucional”.

Entonces existe la duda: ¿Morales puede o no ser candidato en 2025? La opinión consultiva de la CIDH menciona que es inconstitucional la “reelección indefinida”, pero ello no resuelve el tema, porque Morales podrá decir que no desea hacerlo “indefinidamente”. Y el oscuro fallo 1010 de diciembre de 2023 emitido por el Tribunal Constitucional tampoco es definitivo, ya que su objeto se refiere a otro tema y, de pasada, menciona la reelección en unos párrafos finales mal escritos. Ni siquiera el referéndum del 21F esclarece el asunto: el voto No a Morales era para que no se habilitara para el mandato 2020-2025, no sobre eventuales periodos “discontinuos”. Por eso está bien preguntarle a la gente su criterio para zanjar el tema en un referéndum.

Por todo ello, este es un referéndum plebiscitario respecto a lo que los bolivianos creemos sobre las acciones pasadas y presentes de Morales, además de su legado. Según algunas encuestas, tiene 70% de rechazo. Veremos hasta qué punto eso es cierto cuando se produzca el voto.

Falta ver qué cartas puede usar Morales para impedir este referéndum. La más obvia es que proceda  a organizar una espiral de protestas y bloqueos, cosa que Morales sabe hacer muy bien. Y si esas protestas se contagian con el malestar generalizado por la mala gestión económica del Gobierno, podría generarse movilización masivas. ¿Pero al grado de tumbar al Gobierno antes del 1 diciembre, como para que se suspenda el referéndum? Yo lo dudo. 

El referéndum del 1 de diciembre está en marcha. La pregunta 4, sobre número de escaños, ha sido retirada por el Gobierno, ya no estará en la papeleta. Las 2 y 3 se refieren a subsidios de carburantes. La No 1 es la de verdadera trascendencia, cambiará el escenario político boliviano hacia el futuro: un Evo que ya no puede postular (además, debido al voto de la gente) será un líder de salida, sin fuerza, sin chances de chantajear a la sociedad, sin capacidad de presión. Además, es posible que ni siquiera tenga consigo la sigla del partido y deba conseguirse, por tanto, otra. El 1 de diciembre en la noche, si gana la opción No, Andrónico Rodríguez será el nuevo líder del MAS evista (y quizás de todo el MAS). Una renovación también será favorable para ese partido. Si Arce decidiera postular, preveo que obtendrá un resultado pobrísimo.

Si la pregunta 1 es mantenida por el Tribunal Constitucional, lo que haría inevitable el referéndum, no se entiende a los líderes de la oposición. Tienen al alcance de su mano eliminar políticamente a un rival como Morales, que les hizo tanto daño a ellos, a sus bases y al país todo, pero se oponen a la medida y no dejan de repetir manidas entelequias leguleyas. Más que pensar si esto le conviene o no a la oposición, están obsesionados por no aceptarle nada al Gobierno.

Mi previsión es que al final van a tener que someterse a la realidad. Dos meses antes del referéndum estarán todos, ante lo inevitable, haciendo campaña para que la gente vote “No”. Sería mejor que empezaran hoy.



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