Se trata de un atropello absolutamente inadmisible de un régimen que ya sin el más mínimo pudor ni el menor intento de guardar apariencias busca el control numérico de la sala plena en el TSE a favor de la habilitación del binomio Morales/García como candidatos para las elecciones de fines de 2019.
Con los dos nuevos vocales titulares que el MAS quiere a ritmo forzado introducir en el TSE para rellenar los vacíos de los renunciantes Exeni y Uriona, el autoritario régimen presidido por Evo Morales busca una mayoría en sala plena favorable al oficialismo de 4 vocales contra 3 –en el caso de que el MAS solamente cuente hasta ahora de modo seguro y cierto con dos vocales: Lucy Cruz e Idelfonso Mamani–, o de cinco contra dos; o de seis contra uno, en el caso de que también otros vocales ya tengan definida su parcialización con el régimen gobernante.
Lo evidente es que hasta inicios de noviembre la tendencia del voto en la actual sala plena del TSE respecto de la ilegal, anticonstitucional y prepotente rehabilitación del binomio Morales/García para la elección del 2019 sigue siendo incierta. La gran mayoría de los analistas respecto del TSE da por descontado que el MAS ya tiene –entre los cinco vocales hoy en funciones dentro del TSE– los suficientes votos necesarios –¿tres o cuatro?– para facilitar a Morales/García su repostulación en 2019.
No parece creerlo así de modo suficiente el propio MAS que ha preferido pasar la vergüenza de revelar abiertamente su afán de controlar con toda seguridad y con mano de hierro el TSE, imponiendo a éste dos nuevos vocales titulares afines a los propósitos prorroguistas de un régimen gubernamental ya dispuesto a proceder, sin miramiento alguno, con el descuartizamiento de la democracia y el Estado de Derecho en el plano electoral.
Con la seguridad de que los vocales Idelfonso Mamani y Lucy Cruz son militantes de facto del autoritario régimen de Evo Morales, el MAS revela en todo caso sus inseguridades respecto de las intenciones de voto de los vocales Antonio Costas, Dunia Sandoval y María Eugenia Choque, quienes –por sus perfiles profesionales e institucionales previos– tienen el suficiente prestigio social en sus respectivos medios como para que administren su voto en la sala plena del TSE respecto de la rehabilitación del binomio Morales/García en 2019 con mayor cuidado.
El ordenamiento legal que rige al TSE indica que mientras exista el quorum mínimo requerido de cuatro vocales para el funcionamiento del Órgano Electoral, ninguna intervención ni del Ejecutivo ni del Legislativo sobre la composición y ordenamiento institucional de ese órgano es admisible. Al haber optado por la abierta, prepotente e ilegal decisión de intervenir en la composición y en la dinámica institucional del TSE –en pleno proceso oficialmente convocado, además, de elecciones primarias de los partidos, lo que agrava la ilegalidad y la prepotencia de la intervención de relleno oficialista de vocalías que está ejecutando la ALP–, el MAS está dando la abierta señal de que aún no tiene la plena seguridad de controlar suficientemente el voto en la sala plena actual del TSE.
Como el régimen de Evo Morales no juega con reglas limpias ni admite ni ha de admitir un árbitro neutro para la contienda electoral que se avecina en 2019, este gobierno ha decidido asegurarse que ha de contar con un árbitro electoral subordinado, parcializado y oficialista a mano segura.
¿Puede sorprender? Por supuesto que no. Con el régimen de Evo Morales y Álvaro García el país está retrocediendo dramáticamente al período antidemocrático que se pudo revertir en 1982, con todo lo que ello puede significar. La ruda intervención del gobierno en el TSE para hacer de este órgano un instrumento dócil y absolutamente seguro del prorroguismo, en todo caso, es una nueva muestra de la violencia que se larva dentro del MAS contra la democracia, el Estado de Derecho y la ciudadanía.
Y la abierta, y descarada manipulación del MAS para controlar el TSE rellenando vocalías es un anuncio del potencial de represión que el régimen está acumulando contra la institucionalidad democrática y las libertades ciudadanas, que cada día son más y más atropelladas. Hay que empezar a cuidarse.
Ricardo Calla Ortega es sociólogo.