Dados los cambios vertiginosos
ocurridos en el ámbito científico en estos últimos años, se hace indispensable
que la misma pueda ser comunicada de manera adecuada y verídica a la sociedad.
Por ello se hace imperativo, empezar a comprender qué es la ciencia, cómo
reporta sus resultados y como reportar casos relevantes o polémicos.
¿Qué trabajo hace un
investigador? ¿Cómo divulgar los hallazgos científicos y de manera adecuada?
¿Una correlación explica las causas sobre un evento? ¿Qué es la revisión de
pares? ¿Por qué son importantes las publicaciones científicas y qué es lo que
reportan?
Estas son algunas de las preguntas que un periodista científico debería tener la capacidad de responder. En los últimos cuatro años he tenido la oportunidad de conocer a algunos periodistas o comunicadores, con mucha curiosidad científica, capaces de realizar las preguntas certeras y revisar un poco más de información, que han resultado en reportajes interesantes, veraces y objetivos.
Sin embargo, estos periodistas, me comentaron que es muy complicado realizar este tipo de reportajes de manera continua, en vista de que uno requiere invertir más tiempo para revisar las distintas fuentes de información y las fuentes de trabajo de las que dependen, exigen mayor celeridad en la producción de notas informativas (de cualquier rubro), por lo que no pueden siempre dedicar este tiempo a reportar algún hallazgo o informar adecuadamente un tema complejo.
El otro detalle es que en muchas ocasiones no tienen la facilidad de llegar a los investigadores y poder tener de primera mano ciertas respuestas o aclaraciones. Esta dificultad llega al punto, que muchas veces, los propios investigadores no conocen bien todas las otras investigaciones en curso y con las cuales podrían llevar adelante una sinergia.
Con este panorama, definitivamente, no es muy alentador escribir una nota científica sobre alguna investigación en curso o sobre algún proyecto ya culminado con resultados novedosos. Sobre esto, hay que añadir que el método periodístico siempre debe manejar la neutralidad, excluyendo intereses personales, prejuicios o lo políticamente correcto, y procurar la veracidad, al evitar escribir ficción o inventar hechos sin respaldo.
Hace un par de años, me animé a dar un taller breve sobre periodismo científico, explicando qué se hace en la ciencia, como se reporta y a distinguir entre qué tipo de fuentes son confiables y cuáles se deben revisar con cuidado. Pero quizás, lo más útil que compartí en aquellas breves clases fue los consejos de cómo detectar la mala ciencia.
¡Sí que la hay! Y por ello hay que aprender a detectar ciertos puntos y por espacio presentaré solo tres:
1) Titulares sensacionalistas. Aquellos que incluyen “curas milagrosas”, cifras alucinantes, o trágicas revelaciones.
2) Correlación y causalidad. Me ha tocado ver, como incluso científicos, se agarran de una correlación y tratan de explicar un efecto solo con 1 o 2 variables. Es el caso del cáncer, muchos caen en el error de creer que cualquier tipo de cáncer, puede deberse solo a 1 factor, debido a que se armó una correlación entre el incremento de casos y este factor. Para considerar lo absurdo de emitir conclusiones por una correlación, puede revisar esta página y ver como hay correlaciones “fuertes”, que no reflejan algo coherente.
3) Mal diseño experimental. Existe hoy la tendencia de querer demostrar el efecto de ciertas sustancias sobre el organismo humano, a través de pruebas in vitro. Cuando uno lee este tipo de trabajos, podría quedar convencido. Sin embargo, no es lo mismo hacer un cultivo de células neuronales y exponerlas a un aditivo alimentario y luego concluir que x aditivo, es nocivo o representa un riesgo al cerebro. Porque esta exposición, no sucede de manera directa en la vida real.
Hace poco, se presentó una “antología”, que justamente hace gala de estos errores y muchos más. Sin embargo, como el país tiene escasez de periodistas científicos, fue más sencillo publicar algo muy sensacionalista y causar alarma.
Es por ello, que desde el gusto por la divulgación científica, seguiremos apoyando iniciativas, donde los jóvenes científicos aprenden la mejor manera de comunicar su trabajo, de manera que estimulemos a que más periodistas, tengan ganas de aplicar la veracidad y neutralidad en sus reportajes. Para concluir, cabe recordar la cita de Carl Sagan: “Afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria".
Cecilia González Paredes M.Sc.
Especialista en Agrobiotecnología