De artritis
reumatoide, pasando por Parkinson o Alzheimer, muchas enfermedades van
aclarando sus orígenes a través del tipo y cantidad de microorganismos que
tengamos en nuestro cuerpo.
El microbioma humano es la colección de todos los microorganismos que viven dentro y sobre el cuerpo humano, incluyendo bacterias, virus, hongos y parásitos. Estos microorganismos son importantes para mantener la salud y prevenir enfermedades, y se ha demostrado que desempeñan un papel en el desarrollo de enfermedades autoinmunes.
Un estudio encontró que las personas con enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide, tienen una microbiota intestinal diferente en comparación con las personas sanas. Otro estudio demostró que los cambios en el microbioma intestinal pueden conducir al desarrollo de enfermedades autoinmunes en ratones.
Han habido algunas investigaciones sobre la relación entre la microbiota y las enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer. Al igual que en los otros casos, los pacientes con Parkinson también tienen una composición distinta de su flora bacteriana y poseen más bacterias patógenas que las personas sin esta enfermedad. En otra investigación se encontró que la administración de un probiótico que contenía ciertos tipos de bacterias a ratones con un modelo de la enfermedad de Parkinson pudo mejorar sus síntomas.
También hay evidencia de que la microbiota puede estar involucrada en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender completamente la relación entre la microbiota y las enfermedades neurodegenerativas y para determinar las formas más efectivas de manipular la microbiota con fines terapéuticos.
Además, el uso de antibióticos, que pueden alterar el microbioma, se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades autoinmunes. Una revisión sistemática y un meta análisis encontraron que el uso de antibióticos se asoció con un aumento del 30% en el riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes.
Hay evidencia de que el microbioma puede influir en la gravedad de las enfermedades autoinmunes. Por ejemplo, un estudio encontró que los pacientes con esclerosis múltiple que recibieron un trasplante de microbiota fecal de un donante sano tuvieron una reducción en la actividad de la enfermedad y una mejoría en los síntomas.
El microbioma juega un papel importante en el desarrollo y la gravedad de las enfermedades autoinmunes. A medida que las investigaciones continúan, iremos entendiendo mejor los mecanismos detrás de esta relación y nuevas terapias se podrán desarrollar para dirigir al microbioma como un medio para tratar enfermedades autoinmunes.
Con este enfoque, la Universidad de Tel Aviv ha inaugurado recientemente el primer centro multidisciplinario de Israel dedicado a investigar enfermedades autoinmunes. Se espera que el uso de "big data" generada en el país, pueda ayudar a responder algunas de las preguntas más complejas en este campo de estudio. Este proyecto cubrirá enfermedades como lupus, esclerosis múltiple, psoriasis y enfermedad de Crohn. Este centro trabajará de manera multidisciplinaria, combinando a un gastroenterólogo con un psicólogo y un neurólogo.
Mientras más de estas relaciones se van descubriendo, usted puede tomar la decisión de cuidar su microbiota o mejorarla. Una sana alimentación, variada y reforzada con ingesta de ciertos probióticos como fermentos lácteos o de verduras, le ayudarán a cuidar esta microscópica población tan útil para tantas funciones.
Cecilia González Paredes M.Sc.
Especialista en Agrobiotecnología