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02/05/2024
Cuestión de Ideas

La prueba de fuego de los aspirantes a la presidencia

Wálter Guevara Anaya
Wálter Guevara Anaya

La selección del candidato mejor posicionado para ganarle al MAS no depende tanto de su propuesta de Gobierno, por buena que sea. Depende de que se mida bien el apoyo que tiene entre los votantes de oposición. Una pequeña parte de ese apoyo puede depender de cómo defienda su propuesta en un debate.

Después de 18 años es hora de que nos demos cuenta de cómo funciona el supuesto programa de Gobierno del régimen neopopulista. El marco global de la contrapropuesta de oposición, es muy sencillo. Consiste en arrancar ante los votantes los tres taparrabos con los que se disfraza la autocracia masista.

Un falso indigenismo, un falso socialismo y una falsa democracia son los tres disfraces que la sustentan. Sus estrategas aplican tres trucos para hacernos creer que sus disfraces son componentes de un verdadero programa de Gobierno: lanzan un remedo de combate al racismo, entablan un ilusorio combate al capitalismo y pregonan un falaz combate a lo que llaman “partidocracia”.

Las propuestas de la oposición deben centrarse primero en reponer una verdadera democracia, segundo, en replantear una verdadera combinación de sociedad libre con Estado no abusivo, y tercero, en diseñar y ejecutar a mediano plazo un programa de conversión en verdaderos ciudadanos de los indígenas que los caudillos del MAS pastorean como su rebaño de ovejas.

Dentro ese marco integral se pueden proponer maneras de reducir el déficit fiscal, aumentar los ingresos, sincerar la estafa que pasa por educación fiscal, encarar los problemas de salud, mejorar la infraestructura caminera, desarrollar una política exterior independiente y muchos otros temas de importancia sectorial.

La mayoría de los votantes, incluyendo incluso a los opositores más educados, no estudia ni compara las propuestas de Gobierno que aparecen en forma escrita. Para que les llegue se las debe presentar en un marco más accesible. Ese marco lo brinda una serie de debates entre los principales precandidatos.

En atención a estas realidades vuelvo a exponer un procedimiento claro y sencillo para determinar cuál precandidato/a sería el que pueda recibir mayor apoyo en 2025:

Los precandidatos responsables firmarán un acuerdo prometiendo respetar los términos y resultados de este proceso y brindar su apoyo al que salga ganador. Los firmantes designarán una comisión técnica compuesta de profesionales intachables e imparciales para conducir los detalles técnicos del proceso.

La comisión técnica seleccionará varios grupos de empresas encuestadoras en consulta con los precandidatos para asegurar que no se parcialicen con ninguno de ellos. Al menos dos diferentes empresas llevarán a cabo encuestas en cada etapa de este proceso. Estas encuestas se financiarán mediante contribuciones de los precandidatos y donaciones obtenidas de otras fuentes por la comisión técnica.

Esta comisión contratará una primera tanda de encuestas que definirá los seis precandidatos mejor posicionados, que se habilitarán para participar de un primer debate. Los candidatos ubicados en las posiciones séptima para abajo en esas encuestas, quedarán fuera del primer debate y del resto del proceso.

Esta primera tanda de encuestas se basará en una muestra representativa de todos los votantes inscritos en el padrón electoral, sean independientes, opositores o masistas. Los encuestadores les preguntarán a quién quisieran tener de candidato presidencial en 2025.

Muchos escogerán entre Evo Morales y Luis Arce. Otros, a uno de los aspirantes de la oposición. Para la oposición será útil tener una medida aproximada del apoyo relativo de Arce contra Morales en el momento de estas primeras encuestas.

Los que obtengan los tres primeros lugares en la segunda tanda de encuestas pasarán a un segundo debate. Inmediatamente después de este, se realizará la tanda final de encuestas que determinará cuál es candidato/a mejor posicionado para enfrentar al MAS.

Las tandas de segundas encuestas y de encuestas finales se basarán en una muestra de los que respondan a una lista de preguntas que pruebe que escucharon el debate respectivo.

La comisión técnica determinará el formato, los temas, los moderadores y las fechas de los debates. Se procurará que los debates, a ser ampliamente difundidos, sean patrocinados por asociaciones de periodistas, Confederación de Empresarios Privados, Comité de Defensa de la Democracia, asociaciones de profesionales y otros grupos interesados. La filmación y audio de cada debate estarán disponibles en las redes sociales.

Los partidos y alianzas de los precandidatos que no salgan finalistas formarán una gran alianza en apoyo del candidato ganador. Se integrarán con sus propuestas de Gobierno a las comisiones en las que se determinarán las listas de candidatos a la Asamblea, se redactará la propuesta definitiva de Gobierno y se diseñará una estrategia conjunta de campaña electoral.

Esta sugerencia es una prueba de fuego para la capacidad de la oposición y de sus precandidatos de ponerse de acuerdo en un sencillo mapa de ruta que los aleje de las derrotas a las que se han acostumbrado durante casi dos décadas.



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