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26/02/2024
La gota en la piedra

El reflejo de lo ajeno

Milan M.A. Gonzales
Milan M.A. Gonzales

En Alemania se ha reportado un aumento en los casos de odio y agresividad, reflejando una creciente polarización y falta de tolerancia. Se han documentado ataques verbales y físicos motivados por prejuicios raciales, étnicos, religiosos y de género, provocando un clima de temor e inseguridad para muchas personas, especialmente aquellas pertenecientes a comunidades minoritarias.

Mientras muchos migrantes se esfuerzan por adaptarse y contribuir a la sociedad alemana, también existen quienes abusan de su sistema o no respetan las normas del país anfitrión. Esto ha generado una percepción negativa en parte significativa de la sociedad alemana, especialmente expresada con el ascenso de AFD (Alternativa para Alemania), partido de extrema derecha que ha exacerbado los problemas relacionados con el extremismo y la discriminación en el país.

Desde hace más de un siglo existen lazos entre Alemania y Bolivia, muchos trabajadores alemanes emigraron a Bolivia en busca de nuevas oportunidades laborales. Esta el caso de HANSA, o el Lloyd Aéreo Boliviano, la primera línea comercial boliviana, ambas iniciativas alemanas han contribuido al desarrollo económico del país andino, estos lazos se han mantenido a lo largo de los años.

Ahondar en el pensamiento alemán sin mencionar la ideología nazi es ingenuo, en su momento Latinoamérica fue un refugio para nazis que escapaban de la justicia, así como para quienes sufrieron la orgía de sangre que se desató gracias a dicho movimiento. Ahora, que la mayoría de aquella generación ha muerto, el mal nazi continua vivo, AFD es la prueba fehaciente de ello, sus objetivos se materializan con creces, solo hace falta mirar al norte, en Estados Unidos, país donde se han normalizado los exabruptos policiales, los tiroteos en colegios, particularmente los ataques en contra de personas de color.

Incidentes como el brutal asesinato de George Floyd a manos de un oficial de policía en Minneapolis o el tiroteo de Jacob Blake en Kenosha, Wisconsin, han generado un profundo malestar y protestas de todo tipo, de igual manera la retórica inflamatoria y divisiva promovida por el expresidente Trump y sus seguidores de tendencia neonazi ha exacerbado las tensiones sociales. Los incidentes de violencia perpetrados por grupos supremacistas blancos y simpatizantes de ideologías extremistas generan alarma, destacando la urgente necesidad de abordar el extremismo y el racismo sistémico en la sociedad estadounidense; parece surrealista que los fundamentos de dicho pensamiento se sigan nutriendo después de que la humanidad superviviera el holocausto.

Por otra parte, en Alemania existen desafíos significativos en la integración de aquellos que llegan al país en busca de nuevas oportunidades. Esto ha generado un quiebre en una parte importante de la sociedad alemana que percibe a los extranjeros como una amenaza. El ascenso de AFD refleja esta tensión y sin duda ha exacerbado los conflictos relacionados con el extremismo y la discriminación en el país.

En una reflexión previa hice alusión a Carolin Emcke, ganadora del Premio de la Paz de los Libreros Alemanes, gracias a su obra Gegen den Hass (En contra del odio); respecto a las amenazas que se reciben en Alemania escribe “las cartas de amenazas, que siempre han existido en el anonimato, ahora están firmadas con nombres y direcciones”. Agrega: “Me resultaba inconcebible que el discurso político volviera a ser tan brutal, que incita a la gente a odiar de forma tan desenfrenada”. Cómo explicar esto a quienes llegan escapando de la guerra o que provienen de países quebrados como las dictaduras de Rusia o Irán.

Las recientes demostraciones contra el extremismo de derecha a lo largo de Alemania reflejan una situación alarmante, de creciente polarización y agresividad; la situación es como una bomba de tiempo que exige de varios elementos para desactivarse, tales como el diálogo efectivo y la amplitud de mente para comprender que detrás de partidos como AFD existen familias hastiadas de migrantes, pero que a la vez solo quieren convivir en paz y que no desean seguir expuestas al peligro que les implica lo extraño. La absurda invasión rusa a Ucrania, el conflicto israelí-palestino solo tensan más a la sociedad alemana que ve fracturada su convivencia actual.

La participación masiva, incluyendo a políticos prominentes y una variedad de organizaciones, subraya la gravedad de la situación y la necesidad urgente de abordar estos desafíos. Mas, esta es una realidad de la cual también se debe hablar abiertamente en el seno de cada hogar donde la migración sea una opción, es crucial analizar y comprender cómo se desarrolla una sociedad, en particular aquella a la que uno quiere migrar.



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