El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) fue creado en 1989 a instancias de Japón y Australia, dos países distantes entre sí –pertenecientes a continentes diferentes– pero que comparten ese enorme espacio marítimo llamado océano Pacífico. Ese año fueron 12 Estados los que manifestaron su interés de participar en el naciente Foro, desde entonces se han ido sumando otros (ahora son 21 en total) entre los que destacan China, Estados Unidos, Canadá, Rusia y Corea del Sur, que cuentan con economías de gran desarrollo económico. En el área latinoamericana se encuentran México y nuestros vecinos Chile y Perú. Colombia solicitó ingresar el año 1995 pero los 21 países que componen el foro APEC decidieron no admitir nuevos miembros.
El propósito de conformar APEC no fue otro que el de promover el crecimiento económico en el área Asia-Pacífico mediante mecanismos comerciales ágiles, liberalizando el intercambio mercantil y levantando barreras, y por supuesto con el objetivo de acentuar ganancias a través del flujo de capitales, de bienes y servicios. Por su naturaleza de Foro Económico carece de un entramado institucional, posee una Secretaría –de carácter técnico y coordinador– con sede en Singapur y anualmente uno de los 21 países acoge a la reunión cumbre en la que participan los jefes de Estado. En noviembre próximo se llevará a cabo la 31 reunión en la ciudad de Lima, Perú.
Entre sus más significativos logros se pueden anotar las iniciativas para facilitar el comercio entre empresas de los países miembros, que ha permitido reducir los costos de las transacciones, la reducción de aranceles y el incremento de acuerdos comerciales –181 acuerdos ratificados– lo que ha generado que el crecimiento económico en APEC se haya quintuplicado entre 1994 al 2020.
APEC ha creado la tarjeta de viaje de negocios destinada a empresarios que así no requerirán visados especiales para llevar a cabo gestiones o acuerdos comerciales con empresas de los países que son parte de APEC. El año 2020 en Bangkok, capital de Tailandia, se aprobó el documento sobre Economía Bio-Circular-Verde estableciendo metas a cumplir por los estados miembros.
Será la ciudad de Lima la que reciba a las altas delegaciones de los países de APEC entre el 15 y 16 de noviembre próximos; pero la reunión de Jefes de Estado no es la única. Entre los eventos conexos se encuentran la Reunión del Consejo Consultivo Empresarial de APEC, que tendrá lugar del 10 al 12 de noviembre, la Cumbre de Pequeñas y Medianas Empresas PYME-APEC, el 13 de noviembre y el APEC CEO Summit (cumbre de líderes empresariales) que se efectuará del 10 al 16 de ese mismo mes.
Un hecho por demás significativo será la inauguración del megapuerto de Chancay, situado 80 km al norte de la capital peruana, que ha contado hasta ahora con una inversión de 1.300 millones de dólares (se prevé que la inversión total será de 3.600 millones), cuenta con capacidad para mover más de un millón de contenedores y para recibir barcos del mayor tamaño existentes en el mundo (cada uno puede transportar 21.000 contenedores).
El puerto contará, para su operación interna, con camiones eléctricos y sin conductores controlados con tecnología 5G, todo con el fin de abaratar costos logísticos y ser más competitivos. Al acto inaugural asistirán la presidenta del país anfitrión, Dina Boluarte, y el presidente de China, Xi Jinping, toda vez que el puerto de Chancay fue construido y será operado por la alianza de las empresas Cosco Shipping, de China, la más grande del mundo en movimiento de carga por contenedores, y Volcán del Perú, ligada a la minería y a la comercialización de minerales.
Perú ha hecho una apuesta enorme, quiere convertirse en el Singapur de Sudamérica y el puerto de Chancay tiene todas las condiciones para convertirse en el más grande centro portuario de Sudamérica para el comercio con China y con otros países de la región Asia-Pacífico. La inserción del Perú en APEC le ha permitido obtener otros beneficios adicionales, como el del sector turístico, pues el número de visitantes de los países de APEC a Perú creció en más del 65% entre 2011 y 2019, pasando de 1,4 millones a 2,3 millones de turistas en ese período. Con datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), Perú registró el año 2023 3.326 millones de dólares ingresos por turismo receptivo; casi la mitad de esa cifra corresponden a turistas de las economías APEC.
El año 2019, antes de la pandemia, Perú recibió 4,2 millones de visitantes, luego de cifras bajaron a consecuencia de la pandemia y sus restricciones, pero el 2023 el sector se recuperó y alcanzó 3,4 millones de turistas.
El Mincetur informó también que en el período 2016-2021 Perú recibió fondos de APEC para financiar 36 proyectos de cooperación económica y técnica destinados a pequeñas y medianas empresas en el área de tecnología e innovación, seguridad alimentaria, salud, pesca, transporte y turismo.
Las autoridades y empresarios del vecino país trabajan para recuperar y superar los niveles del 2019. Se busca lograr mayor conectividad aérea –más vuelos y más frecuencias– y por supuesto mejorar la infraestructura aeroportuaria. Se prevé para enero de 2025 la inauguración del nuevo aeropuerto Jorge Chávez de El Callao, que sin duda será uno de los más modernos y seguros de Sudamérica.
Lo hasta aquí señalado me obliga a un apunte relacionado a nuestro país, Bolivia, que necesita más que nunca ingresos económicos que bien podrían ser aportados por el turismo. Perú es nuestro vecino con quien tenemos una intensa relación económica y comercial. ¿No sería ideal conformar una comisión binacional peruano-boliviana para afrontar el reto de atraer turistas provenientes de APEC a sitios naturales, arqueológicos y monumentales que Perú y Bolivia comparten gracias a su extensa geografía y a su historia común?
Me permito lanzar otra idea de trabajo conjunto con Lima: reactivar la zona franca de Ilo, otro proyecto dormido que debiera despertar precisamente para permitirle a Bolivia utilizar una zona portuaria y acercarse a las economías APEC y así apuntalar el desarrollo de nuestro país.
Walker San Miguel es abogado.