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Filia Dei | 12/05/2019

Biotecnología, la posibilidad de innovar

Cecilia González Paredes
Cecilia González Paredes

En 1796, cuando el cirujano inglés Edward Jenner, inoculó un virus atenuado de viruela bovina a un niño haciéndolo inmune a la enfermedad, la humanidad no imaginó que la biotecnología, le brindaría tantas aplicaciones como lo hace en la actualidad.

Llevamos haciendo biotecnología desde hace más de 9.000 años antes de Cristo, cuando se domesticó los primeros cultivos alimenticios, gracias a cruzas de especies, logrando un nuevo ensamble de genes, que nos proporcionó alimentos menos tóxicos, con más pulpa y mejor sabor. No obstante, no fue hasta 1919 que el agrónomo Karl Erkey acuñó este término.

La convención de las Naciones Unidas de la Diversidad Biológica en 1992, definió la biotecnología como toda aplicación tecnológica que utiliza sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos.

En 1953, Watson y Crick nos describen la estructura del ADN, la molécula que almacena nuestra información genética. A partir de entonces, los descubrimientos han avanzado a un ritmo más rápido que en los siglos pasados. Ahora empezamos a comprender que los seres vivos se comunican con base a un lenguaje de cuatro letras: Adenina, Guanina, Citosina y Timina -A-G-C-T-. Las bases pares que, ensambladas de distintas maneras, se hallan presentes en todo ser vivo. Algo similar al código binario que permite que celulares y computadoras se comuniquen entre sí.

Pero, además, al conocer la estructura de nuestros genes, es posible realizar algunas modificaciones de manera más precisa, a través de lo que, en la década de los ‘70 se conoció como técnicas del ADN recombinante. Hoy en día existen distintas herramientas para realizar estas modificaciones de manera más precisa, e incluso en algunos países, están al alcance de alumnos de bachillerato en colegios.

Desde 1978, la sociedad goza de algunas soluciones en el área de la salud, que no son cuestionadas como las del área de la alimentación. Es el caso de la insulina para diabéticos sintetizada en microorganismos genéticamente modificados. Previo a este avance, la insulina era uno de los medicamentos que debía generarse en algunos órganos de animales, luego sacrificarlos y depurar el compuesto. Esta insulina, además que era más costosa, no siempre era compatible con todos los pacientes de diabetes. Hoy, son distintas las vacunas, hormonas, vitaminas y otros medicamentos, que se desarrollan gracias a la biotecnología aplicada en el área de la salud.

La biorremediación es otra área de la biotecnología que ha cobrado fuerza en los últimos años, al emplear microorganismos capaces de limpiar derrames petroleros, contaminantes producto de la actividad minera en suelos y agua, e incluso algunos contaminantes en el aire. También la generación de biopolímeros o bioplásticos, en muchos casos desarrollados por jóvenes científicos, son apenas algunas muestras del potencial que tiene la biotecnología para nuestras vidas.

Sin embargo, en Bolivia, esta área multidisciplinar tiene un avance incipiente debido a la poca atención que se ha brindado al desarrollo científico a todo nivel. Hace poco, La Paz recibió el primer congreso de Biotecnología y lamentablemente, los medios de comunicación dieron poca importancia a lo que aconteció en dicho evento.

Por ello, agradezco la oportunidad y a través de este espacio, busco dar a conocer más sobre esta área de la ciencia, que podría generar oportunidades para desarrollar tecnología y soluciones innovadoras a una serie de dificultades que enfrentamos en distintas áreas. 


Cecilia González Paredes M.Sc.

Especialista en Agrobiotecnología



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