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06/12/2022
Filia Dei

Almacenar información en genes

Cecilia González Paredes
Cecilia González Paredes

Si usted como yo utiliza mucho los discos en la nube para almacenar datos, seguro en más de una ocasión ha tenido que borrar datos para hacer campo. Lo mismo sucede con las fotos en el celular y así nos vemos necesitados de más “espacio” para los datos.

Hace unos 25 años, guardábamos la información en diskettes, luego encontramos los CD y DVD. Hoy en día es muy común el manejo de un flash drive o memoria USB, y con la cuarentena del 2020, muchos más aprendieron a manejar los discos de almacenamiento en la nube. Si bien ahora no tenemos que cargar CD o disco duro externos y el dispositivo de almacenamiento de datos se ha reducido a una tarjeta o está en línea, el problema de que seguimos generando datos continua.

¿Y cuánta información generamos para considerar que necesitamos maneras más creativas de almacenar datos? De acuerdo a Statista, en los próximos años hasta el 2025 se prevé que los datos globales generados incrementarán a 180 zettabytes. Durante el 2020, la cantidad de datos creados tuvo un crecimiento más alto de lo esperado debido a la pandemia de la COVID-19, por el trabajo y aprendizaje en casa. Solo para tener una idea, aunque a mi los ceros me marean, un zettabyte equivale en gigabytes a 10 elevado a la 21 potencia o un trillón de gigabytes.

Cabe aclarar que si bien la nube nos parece un lugar etéreo y sin equivalente físico, la verdad es que para crear nubes, se necesita de instalaciones físicas con servidores y otros equipos. Todos estos centros, consumen el 1.5 % del total de energía eléctrica en el mundo, además de que requieren ciertas condiciones para mantener los equipos en ambientes bien ventilados con bajas temperaturas. Se estima que si continuamos a este ritmo, para el 2060 mucha más superficie del planeta deberá contar con centros de almacenamiento de datos.

Por ello es que los científicos plantean una manera novedosa de almacenar los datos que no implique el alto consumo de energía y espacio físico. El código genético, a diferencia del código binario, almacena información a partir de 4 letras. Y si observamos con cuidado, el material genético es un dispositivo de almacenamiento mucho más eficiente que cualquier otro que hemos generado hasta ahora. ¿Cuán eficiente es?

Un gramo de ADN puede almacenar hasta 215 millones de gigabytes de información; entonces, hipotéticamente, si se utilizara el ADN en todo su potencial, todos los datos del mundo podrían almacenarse en la caja de un camión. Para transformar datos binarios en datos genéticos, se utiliza un algoritmo. Luego el ADN se deposita en un contenedor en un ambiente fresco y controlado. Este material genético puede congelarse en una solución, almacenarse como gotitas o almacenarse en chips de silicio. El ADN tiene una vida media de 500 años. Almacenado de manera adecuada y regulada, los datos almacenados en el ADN pueden estar disponibles durante cientos de años.

El siguiente reto en el que continúan trabajando los científicos, es en lograr que la lectura del almacenamiento de ADN sea más rápida y menos costosa. Estas investigaciones y búsqueda de cortar costos de almacenamiento y lectura, tomará aún más tiempo por lo que el almacenamiento en ADN no derrocará fácilmente a los dispositivos que actualmente utilizamos.

Pocos imaginaron el poder y potencial del ADN, allá cuando en la década de los 50 y 60, se iba descubriendo la estructura de esta molécula. Ante la apremiante necesidad de hallar nuevas maneras y soluciones a los problemas modernos, la biotecnología nuevamente despliega alternativas y posibles caminos. Solo me queda seguir esperando que en el país, pronto se le ponga la debida atención a esta área de la ciencia multidisciplinaria.

Cecilia González Paredes M.Sc. 

Especialista en Agrobiotecnología



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