Es el nenúfar gigante de Bolivia que los
científicos descubrieron y que llevaba una clasificación incorrecta. El 2022 se
hizo pública la noticia de que en realidad es otra especie que rompe récords.
Luego de haber tenido la oportunidad de viajar por distintos países, quedé convencida que siempre hay que dedicar más tiempo a conocer nuestro propio país para también maravillarnos de las bellezas que hay en nuestra tierra. Es el caso de algunas especies que se pueden contemplar sin tener que salir del país y apoyando ese sector casi olvidado, como es el turismo.
La Victoria boliviana, perteneciente al género Victoria de la familia Nymphacaceae, fue descubierta por el científico alemán Taddeo Haenke en 1801 mientras navegaba por el río Mamoré, en el Beni. En 1829 recibió el nombre de Victoria Regia en honor a la reina Victoria de Inglaterra, quien era admiradora de este lirio acuático. En 2006, el horticultor español Carlos Magdalena descubrió que esta variante era una nueva especie, nombrándola Victoria boliviana en honor a Bolivia y a su hábitat en los ecosistemas acuáticos de Llanos de Moxos en Sudamérica.
En julio de 2022 se publicó una reevaluación de la familia de los nenúfares gigantes en la revista Frontiers in Plant Science. Según la organización Guinness World Records, las hojas de la Victoria boliviana superan significativamente en tamaño a sus parientes conocidos, la amazónica y la cruziana, cuyas hojas alcanzan 2,3 y 2,4 metros respectivamente. Cuando están completamente abiertas, sus flores, que solo florecen una a la vez, pueden alcanzar hasta 36 cm de ancho, aproximadamente lo mismo que el volante de un automóvil.
Esta información fue destacada en una publicación dedicada a la hoja boliviana por Guinness World Records. Los nenúfares gigantes eran una fuente de alimento (las semillas un sustituto del maíz), medicina e incluso tinte para el cabello. Tienen sus propios nombres locales, incluyendo “auapé-yaponna”, un guiño al ave auapé (Jacana jacana), que a menudo se ve cruzando rápidamente sobre sus extensas hojas.
Esta especie parece estar en mayor riesgo de extinción que las otras dos especies debido a su menor rango geográfico. Con menos de cinco ubicaciones de presencia conocidas, se cree que V. boliviana puede ser vulnerable a las fluctuaciones en las inundaciones y sequías a lo largo del año. La deforestación causada por la agricultura y eventos climáticos extremos en Bolivia plantean riesgos adicionales para esta especie que tiene una categoría de Vulnerable según la clasificación de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
Gracias a la locura de algunos amantes de la naturaleza, no tiene que ir hasta los ríos de Beni para encontrar este maravilloso ejemplar. Uno de estos personajes, le ha creado un refugio artificial en el ecoparque La Rinconada de Santa Cruz de la Sierra. Y vaya que vale la pena contemplar semejantes plantas en medio del estanque en donde crecen y florecen.
En medio de tantas noticias sobre contaminación por actividad minera, de incendios forestales, de tráfico de especies y demás abusos a los entornos naturales, sin duda, estos refugios donde uno puede apreciar los ejemplares se agradecen. Sus dueños, demuestran que se puede promover el cuidado de los entornos naturales y considerar el turismo como una excelente alternativa ante otras actividades más contaminantes. Depende de nosotros mantener esta VICTORIA BOLIVIANA.