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Filia Dei | 16/09/2019

Todología e instintos dramáticos

Cecilia González Paredes
Cecilia González Paredes

El dominar un área específica del conocimiento es algo que en el presente, es casi imposible lograr. Esto debido en gran parte, a que las áreas científicas han experimentado un crecimiento exponencial durante los últimos 10 años. Un artículo del 2017 del Canadian Science Publishing, indicaba que para aquel año, ya habíamos llegado a los 2,5 millones de publicaciones científicas por año.

Los expertos, en sus temas, ¿cuántos artículos alcanzan a revisar en el año? Sin ser investigadora de tiempo completo, me toca revisar mucha información sobre biotecnología al día, pero artículos científicos la verdad es que no debo pasar los 15 o 20 por año. Esto me permite estar al tanto de lo que sucede y las nuevas herramientas en esta diversa área. Sin embargo, no es suficiente para dominar el tema, como sucedía hace 30 años, donde solo unos pocos tenían un amplio acceso a la información y podían hablar como los expertos sobre un área en particular.

Sin embargo, en el país adolecemos de todólogos. Personajes que vemos repetidas veces en algún medio de comunicación. Un día hablan sobre política, al otro sobre economía y no sorprenda que un par de semanas después nos estén dando sus recomendaciones en cuanto a los incendios en la Chiquitanía. Si bien el dar una opinión en sí, es algo que debe ser tomado desde la posición personal de cada uno, la verdad es que hay temas que es mejor preguntar o consultar con los verdaderos expertos.

Estos días he escuchado desde las posiciones más radicales, que apuntan al dedo a quien sea buscando un culpable, hasta las más alarmistas que indican que “tomará 200 años recuperar el bosque”. Para un citadino, que no conoce el ecosistema afectado y que también ignora muchos datos que no están ni a su alcance o bien no son relevantes por su ocupación diaria, esta exposición de imágenes (muchas con fotos de bosques de coníferas en el hemisferio norte), mezclado con la impotencia de no ser ni siquiera el bombero voluntario, han generado un ambiente demasiado sensible.

Hace poco pensé que este era un sentir generalizado en las ciudades de Bolivia. Hasta que conversé con estudiantes, docentes y profesionales que tienen conocimiento del área en Santa Cruz. La verdad es que me reconfortó mucho, que en medio de esa ola generalizada de protestas, frustración y espacio para los mitos, haya gente con propuestas reales, con la información sobre el lugar en específico y no supuestos, con la motivación y compromiso para no levantar las manos en la ardua labor que espera adelante.

He aprendido gracias a mi colega agrónomo Sergio Moreira, sobre los instintos dramáticos. Estos permitieron que nuestros antepasados puedan sobrevivir en tiempos de verdaderas condiciones adversas. Nuestro cerebro siempre intentará defendernos de los peligros, por lo que busca conclusiones rápidas. No se ocupa de analizar información útil y para protegernos de lo negativo, nos hace ver negatividades, destacando acontecimientos dramáticos. Puede profundizar más con el libro de Hans Rosling - “Factfulness”.

Los profesionales con la información veraz a mano y la experiencia real en campo superan varios instintos dramáticos, han dejado de apuntar el dedo para culpar, superan el miedo, consideran las posibles soluciones y están listos para tomar pequeños pasos pero de manera continua.

Instituciones como Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano, Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) o el Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado, tienen el conocimiento y distintas iniciativas. Por ejemplo, FAN reporta que el 2010, el país tuvo muchas más hectáreas bajo incendios, sin embargo ¿por qué entonces no se tomaron medidas adecuadas para generar los sistemas de alerta temprana y prevención a todo nivel administrativo?

Y ahora escucho por muchos lados donde abundan estos todólogos que hay que “reforestar” ya no más. Confirmé con los que sí saben del tema, que lo primero es un trabajo previo de evaluación por áreas para determinar qué acciones se deberán llevar adelante. Las múltiples donaciones que están en curso ¿serán canalizadas a acciones reales con rigor científico? Lamentablemente, en el país, apoyar la investigación es lo último y este arduo trabajo, requiere de financiamiento.

Para los que quieren cambiar sus instintos dramáticos y aprender, agradezco a FAN dejar una página con información y reportes actuales, además de estar disponible para todos: http://incendios.fan-bo.org/Satrifo/mapa-interactivo/

Cecilia González Paredes M.Sc.

Especialista en Agrobiotecnología



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