Ya no más divisiones ni regionalismos; es momento de que todos piensen como bolivianos y no solo quieran mejorar económicamente, sino también políticamente. Después de todo, este país tiene todo para poder ser una gran potencia regional.
Fabian Freire
Bolivia hereda múltiples males producto de la gestión del MAS, pero también problemas estructurales que no han hecho más que incrementarse con 20 años de socialismo. Al fiel estilo del socialismo del siglo XXI, se ha destrozado la institucionalidad del país, se ha fomentado el crimen y el caos, pero lo más nefasto ha sido crear un Estado Plurinacional que solo ha servido para dividir a la nación.
La idea de que Bolivia es plurinacional no solo es burda, sino que atenta en contra de la unidad nacional y está más que probado que este modelo solo ha servido para fomentar el enfrentamiento interno.
Por 20 años, se ha buscado destruir la identidad nacional y desmerecer nuestros símbolos patrios. Por 20 años, instituciones que son fundamentales para el desarrollo de la nación no han sido más que desestructuradas y humilladas. Por 20 años, el caos y la anarquía han reinado en Bolivia y hoy los ciudadanos se encuentran sometidos a los caprichos de ciertas organizaciones sociales que incluso tienen más poder que el Estado.
El gran problema estructural del país, junto a la falta de orden, es el hecho de que jamás nos hemos podido consolidar como nación. La nación boliviana existe y es producto del mestizaje de culturas (como el resto de América Latina), pero también por la decisión de ser un país independiente y soberano, sin ser anexado a Argentina o Perú.
De igual forma, se cuentan con símbolos patrios, y el más importante de todos es la bandera tricolor, que representa a todos los bolivianos en su totalidad y debe recuperar su puesto como la bandera única y principal. No se debe olvidar que el resto de banderas regionales están representadas también dentro de la tricolor, pues esta representa a todos los bolivianos.
Si bien en su momento múltiples gobiernos y partidos nacionalistas intentaron consolidar a Bolivia como nación, esto desgraciadamente no pudo ser posible, sobre todo por el fracaso de los gobiernos del doble sexenio. Empero, hoy es una necesidad fundamental consolidar a la nación boliviana y acabar con los discursos regionalistas, de odio y de confrontación. Bolivia es una sola y es indivisible.
Son ya dos siglos de existencia de Bolivia, pero en todo este tiempo no se ha logrado una unidad nacional fuerte, ni la instauración de una identidad nacional y mucho menos nuestra consolidación como nación. En vez de eso, se ha pasado a optar por un modelo en donde nos dicen que no existe Bolivia como nación, algo inaudito.
Tenemos todo para ser una nación fuerte y unida, condiciones que, por ejemplo, hoy otros países no tienen. Se debe entender cuál es el origen de la nación boliviana, que nace, como dije, del mestizaje de culturas, pero también de una decisión adoptada en 1825 de ser independientes.
El MAS le ha hecho mucho daño al país, pero de nosotros depende no solo reparar la crisis actual, sino también solucionar los grandes problemas estructurales. Que esta división que ha causado el MAS sea producto para que nuevos partidos y agrupaciones y, por qué no, un nuevo gobierno opten por una postura nacionalista que busque unificar al país y, sobre todo, consolidar a Bolivia como nación.
Ya no más divisiones ni regionalismos; es momento de que todos piensen como bolivianos y no solo quieran mejorar económicamente, sino también políticamente. Después de todo, este país tiene todo para poder ser una gran potencia regional y ser influyente, pero antes se deben resolver los problemas internos y asumir que todos somos bolivianos.