Juan Carlos Villafuerte, un joven cruceño de 20 años, fue detenido hace poco por publicar en su cuenta de TikTok contenido relacionado con la crisis financiera que atraviesa Bolivia. Y, probablemente, en vez de silenciarlo, esta detención se convierta en la catapulta que lo haga más conocido, como ocurrió con el comediante Pablo Osorio, quien era poco conocido hasta que fue notificado por la oficina de Impuestos.
Un video suyo, en el que se burlaba de esa situación, se viralizó, seguramente porque muchos se sintieron identificados, o porque la bronca por lo que pasa en las instituciones públicas, en cuanto a burocracia y otros males, se transformó en risa y carcajadas. ¡Gracias, Osorio!
Lastimosamente, este tipo de detenciones no son una novedad. Ya en el año 2018 se detuvo a un albañil por gritar “Bolivia dijo no” mientras el expresidente Evo Morales se encontraba en Potosí.
En 2024 fue detenido el tiktoker Daniel Ibáñez, conocido como “El conejo sangriento”, y en febrero de este año se detuvo al tiktoker Rubén Blanco, por publicar críticas a la danza de los mineros. Según los medios de comunicación, los argumentos para esta última detención giraron en torno a presuntos actos de racismo y discriminación, aunque esa interpretación puede ser controversial, considerando que toda persona puede tener su opinión, mientras no afecte el bienestar de los demás, como sí lo hacen los bloqueos o la venta de productos dañinos para la salud sin licencias ni controles.
Quienes realizan este tipo de detenciones dirán: “Yo cumplo mi deber”, en referencia a los policías. Pero las órdenes, ¿de dónde vienen? En el caso de Villafuerte. La denuncia fue presentada por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), que argumentó que sus publicaciones afectaban la confianza en el sistema nacional financiero. Entonces, muchos nos preguntamos: ¿quién confía en el sistema financiero? Desde hace ya varios años, y de forma obligatoria, muchos salarios son pagados a través del sistema financiero. ¿Alguien nos preguntó si confiamos en él? ¿Si tenemos otras opciones como el pago en efectivo o el uso de la entidad financiera en la que uno confíe?
¿Será que estos videos de TikTok son verdaderamente una prioridad para la ASFI? ¿O estamos ante cortinas de humo para desviar la atención de lo que realmente está pasando en Bolivia? Lo que sí debería ser prioritario es liberar exportaciones para permitir la circulación de dólares en el país, lo que permitiría, por ejemplo, importar medicamentos que actualmente no se consiguen en Bolivia. Muchos enfermos están en situaciones críticas por no poder continuar sus tratamientos.
Y desde el punto de vista de las detenciones, lo que debería priorizarse es el cumplimiento de la orden de aprehensión contra Evo Morales, quien no solo tiene pendiente una orden judicial desde hace meses, sino que además cuenta con seguidores que abiertamente llaman al voto nulo. ¿Acaso eso no constituye una forma de sabotaje electoral, en un proceso que ya muestra signos evidentes de agonía?
La memoria no debe ser frágil, al menos no cuando se aproxima una elección que podría marcar un futuro esperanzador… o las vueltas finales del tornillo azul que busca perpetuarse en el poder.
Cecilia Vargas es cirujana y docente universitaria.