Hace muchos años tuve la oportunidad de conocer cómo los suecos manejan sus residuos sólidos. Fue el primer incinerador eficiente de basura que observé y me quedó claro que este tema de separar residuos, reusar, reciclar o reducir, implica una educación constante a varios niveles. Entre los residuos a tener siempre en mente están las pilas o baterías que utilizamos en el hogar. Esta semana pude entrevistar a Wiñay Durán Palenque sobre el reciclaje de pilas, baterías y su propuesta en la ciudad de La Paz.
Wiñay se define como una activista ambiental apasionada por la ciencia y comprometida con el reciclaje responsable de pilas y baterías a través de su proyecto Apilate. Este emprendimiento busca no solo minimizar los impactos negativos del descarte inadecuado sino también promover una economía circular mediante métodos amigables con el medio ambiente. La importancia de este trabajo radica en que las pilas pueden contaminar grandes cantidades de agua si se manejan incorrectamente.
La acumulación de pilas en los hogares es un fenómeno común, pero muchas personas desconocen el destino final de estos objetos. La realidad es alarmante: muchas pilas terminan en vertederos, liberando sustancias tóxicas que contaminan el suelo y el agua, afectando así la salud pública. Por ejemplo, una sola pila de mercurio puede contaminar hasta 600,000 litros de agua. Este escenario ha llevado a Palenque a promover un enfoque más sostenible y consciente sobre el manejo de estos residuos.
El reciclaje de pilas no es solo un acto de responsabilidad individual, sino una necesidad colectiva. Los métodos convencionales de reciclaje a menudo generan gases y residuos tóxicos, lo que contribuye a un impacto ambiental negativo. Por ello, Apilate se enfoca en implementar procesos de química verde, buscando minimizar la toxicidad y maximizar la recuperación de componentes útiles. De esta manera, no solo se evita la contaminación, sino que también se promueve la economía circular, dando una segunda vida a los materiales recuperados.
Sin embargo, el éxito de iniciativas como Apilate no depende únicamente de un proceso eficiente. La falta de educación y normativas adecuadas sobre la correcta clasificación de estos residuos es un obstáculo que debe ser superado. La mayoría de la población no es consciente del peligro que representa desechar pilas en la basura común. Por ello, es fundamental crear conciencia y fomentar prácticas responsables que protejan el medio ambiente.
El camino hacia un futuro más sostenible requiere un esfuerzo colectivo. Por esta razón, se hace un llamado a la comunidad para participar en la colecta de pilas y baterías que se llevará a cabo el próximo sábado 15, en la Plaza Bicentenario, en conmemoración del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Este evento no solo representa una oportunidad para reciclar, sino también para educar y empoderar a la comunidad en la lucha contra la contaminación.
El reciclaje de pilas es una responsabilidad compartida que involucra a todos. Juntos, se puede marcar la diferencia y construir un entorno más saludable para las generaciones futuras. Hacer de Apilate un símbolo de cambio y esperanza es una tarea que requiere el compromiso de la sociedad en su conjunto. Esta puede ser una excelente oportunidad, para que iniciando en la ciudad de La Paz, se haga una mejor gestión de las pilas. Hago votos para que esta iniciativa pronto pueda ser una realidad en otras ciudades.