Como de costumbre en Bolivia se da preferencia a las noticias de crónica amarillista o las que generan temor. Ergo a las malas noticias. Rara vez, los medios de comunicación dan cabida a las buenas noticias.
Tuve la fortuna de ser parte de una de las buenas noticias. El segundo fin de semana de septiembre, se llevó adelante el campamento de las Chicas Waskiris. La idea surgió de una exbecaria Chevening, apoyada por otras jóvenes ingenieros del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (Ieee - Bolivia). Pronto la idea cobró fuerza con el apoyo de la Agetic y Unicef.
Cien adolescentes fueron seleccionadas de 600 aplicaciones recibidas. Jovencitas entre 14 y 17 años, con un alto interés en las áreas Ctim (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática o Stem en inglés). Durante dos días asistieron más de 15 talleres prácticos en distintas áreas.
Las facilitadoras, con quienes tuve el gusto de compartir más tiempo, profesionales jóvenes de estas áreas con mucha motivación y que ya han desafiado distintos obstáculos. Han conseguido becas, cursos cortos o postgrado, han ganado competencias internacionales o son emprendedoras en un país donde pocos se arriesgan a innovar.
Yo pertenezco a una generación frustrada en el campo científico. Las dos veces que retorné a Bolivia de mis estudios no hallé oportunidades para generar investigación y mucho menos innovar. Esta es la razón por la que poco a poco me propuse realizar y especializarme en el campo de la divulgación y comunicación científica, con la esperanza de ir cambiando poco a poco la percepción sobre esta área.
Actualmente doy conferencias y seminarios para la divulgación de la biotecnología y la falta que tenemos en el país, no solo de esta carrera universitaria, pero de apoyar y fomentar la investigación en esta área multidisciplinaria. Cuando inicio mi exposición, tengo la tendencia de preguntar: ¿a quién le gusta la química? Usualmente encuentro, tímidamente, un par de manos levantadas. Incluso en carreras de áreas Ctim.
El taller que impartí con las waskiris, fue genial, pues todas las jovencitas levantaron su mano ante esta pregunta. Jovencitas que les gusta la química… ¡hay esperanza! Y es que la química es la base de todo en esta vida. Aún si optó por áreas sociales o técnicas… que haya terminado colegio detestando matemática, física, química o biología, nos refleja que hay un problema que inicia en la etapa de educación desde el colegio.
Personalmente, percibo que en el país, el rechazo o baja preferencia por las áreas Ctim no es un problema exclusivo de "género". Es un problema mayor. Afecta a niños y jóvenes en general. Si en primaria no te enseñan a gustar de la matemática, la repercusión se sentirá en la secundaria en las otras materias que usan números y cálculos.
Sin duda, hoy asisten a colegio mayor cantidad de niños que hace un par de décadas. Sin embargo, considerando que China, India, Estados Unidos, Rusia, Irán, Indonesia y Japón son los países que más graduados de las áreas Ctmi tuvieron durante el 2016 y que el 40% de los graduados chinos terminaron un título en Ctmi (Foro Económico Mundial), el doble del número de graduados estadounidenses, nos debería indicar que existe un obstáculo inicial en nuestro país, para que la mayor parte de jóvenes rechace este tipo de carreras profesionales.
Las carreras con mayor cantidad de alumnos en Bolivia, ¿generan innovación y nuevos procesos que impulsen nuestra economía? La innovación y alfabetización científica depende de una sólida base de conocimiento en las áreas Ctmi.
Hoy, la bioeconomía es adoptada en los países vecinos como un compromiso a dejar de lado el fatalismo y poner el conocimiento a generar la caja de herramientas y soluciones que necesitamos para afrontar el presente. La bioeconomía es la producción basada en el conocimiento y la utilización de recursos biológicos, procesos y métodos biológicos para proporcionar bienes y servicios de forma sostenible en todos los sectores económicos de forma innovadora.
Por eso, prefiero fomentar que haya más waskiris en el país, llenos de ideas, ganas y con mucha motivación, antes que promocionar fatalistas sin esperanzas ni sueños que creen que un grafiti o una subir imágenes derrotistas a las redes sociales es el camino. Las soluciones no surgen en la frustración y el pesimismo. Basta de distracciones, aprendamos a ser resilientes y generar un verdadero cambio.
Cecilia González Paredes M.Sc.
Especialista en Agrobiotecnología