Los últimos días se hizo público un proceso truncado respecto a acusaciones por estupro y trata y tráfico en contra del ex Presidente y líder del Movimiento al Socialismo, Evo Morales; este tipo de denuncias no son una novedad lastimosamente, ya que desde el año 2006 hasta la fecha se han presentado acusaciones sobre casos que además le han puesto el nombre de las mujeres víctimas, en algunos casos inclusive menores, siendo que deberían llamarse “Caso Evo Morales I, II, etcétera”, y aunque quisiéramos que la justicia funcione de forma imparcial y con todo el rigor sabemos que tenemos un sistema subordinado al partido de gobierno, con jueces elegidos mediante un sistema implementado durante el gobierno de Evo Morales, donde no se valora a los más capaces, que seguramente existen, si no se eligen jueces por votación, bajo la tutela de un órgano electoral que todavía no ha demostrado la voluntad de limpiar el padrón electoral y ha sido cómplice del fraude del año 2019; por lo tanto, este asunto crónico y de mal pronóstico llamado proceso de cambio y dirigido por Evo Morales y Luis Arce, no nos muestra diferencias, pero si se evidencia que sirve para ocupar titulares, portadas, y dejar de lado otros graves problemas.
Los incendios están presentan desde julio de este año, aunque la historia de los incendios en el oriente tienen larga data, en esto me refiero a lo que está pasando este año, con daño de 7 millones de hectáreas y millones de decesos de la flora y fauna, que nos traerán problemas de corto, mediano y largo plazo; tampoco se ha resuelto el problema de los dólares, sigue siendo un problema el movimiento económico del dinero de los ciudadanos cuando salen fuera del país; los precios de la canasta familiar van en ascenso, en algunos lugares persisten las filas por combustible, y no tenemos soluciones estructurales, a eso se suma el asunto del censo, que parece que quiere pasar desapercibido modificando escaños.
La solución de fondo será posible cuando para empezar, tengamos gente seria y respetable gobernando, cuando el comunicado de un mandatario sea algo realmente importante para el país y no las respuestas por la pelea entre individuos por el poder de su partido y del país, cuando las capacidades sean técnicas y aunque también son muy útiles las habilidades de gobernabilidad y gobernanza entendiendo lo que somos con la mirada hacia mejores días mediante propuestas que beneficien a la población, no se pierda el norte en cuanto a la visión de país, porque quienes son elegidos deben gobernar para todos, los que votaron por quien gobierna y por quienes no votaron por él; queda la esperanza por tiempos mejores, y el enfoque en lo realmente importante.
Cecilia Vargas es médica y catedrática universitaria.