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Cuestión de Ideas | 10/10/2020

Los votantes cruceños tienen la última palabra

Wálter Guevara Anaya
Wálter Guevara Anaya

Santa Cruz se está convirtiendo en el motor económico y demográfico del país. Es legítimo que aspire a un liderazgo que exceda los límites departamentales. No lo conseguirá mientras sus actores más influyentes no demuestren que están comprometidos con el interés nacional.

El candidato Luis Fernando Camacho se ha convertido en el caudillo cruceño por excelencia. Además de apelar al sentimiento regional, rechaza con furia cualquier idea de una reconciliación con las bases del MAS. Explota la brecha regional con ciertos guiños a las diferencias raciales.

Muy lejos de representar una nueva política, Camacho sigue la larga tradición de dividir el país entre buenos y malos. Cultiva seguidores fanáticos concentrados en un sector regional y supuestamente blanco de la población. Evo Morales hizo lo mismo con sus propios sectores regionales a los que tildó de indígenas. Pura demagogia en un país mayoritariamente mestizo.

Los que son malos para Luis Fernando son buenos para Evo y viceversa. Los dos comparten una estrategia de generar apoyo explotando las diferencias regionales y étnicas que nos separan y desechando lo mucho que nos une. La visión populista y prebendal de Camacho pone en riesgo el desarrollo y la aceptación de un sano liderazgo cruceño a nivel nacional. 

El principal problema que debe resolver el próximo Presidente es la reincorporación de los actores políticos y sociales pervertidos por el MAS a una defensa pacífica y ordenada de sus ideales e intereses en paz y democracia.

El próximo Presidente necesitará el apoyo mayoritario de la Asamblea para gobernar, o al menos durar, cinco años. Ese apoyo solo se podrá obtener mediante alianzas entre dos de tres diferentes bancadas, la del MAS, la de Mesa y la de Camacho. 

La primera razón para concentrar nuestro voto del 18 de octubre en un candidato antimasista es evitar que Arce sea elegido Presidente. Ese voto también debe evitar que en esta primera vuelta el MAS obtenga una mayoría en la Asamblea. Si pierde la elección, el MAS está listo para poner trabas al próximo gobierno desde la Asamblea, tal como lo hace ahora. 

Para imponer su propia forma de autocracia Evo Morales denunció los pactos del sistema político al que condenó como “la partidocracia”. La lección que nos dejó ese sistema es que no puede haber una democracia legítima sin acuerdos entre los principales actores políticos y además que si esos acuerdos se basan en prebendas pueden deslegitimar y matar a la democracia. 

Ignorando esta lección, Camacho denuncia a Mesa de “negociar y pactar con el MAS”. Su campaña lo tilda de anticruceño. Si Carlos Mesa es Presidente lo más probable es que Camacho se alíe con el MAS para hacerle una violenta oposición. 

Como historiador y periodista Carlos Mesa sabe que no se puede gobernar el país sin sentarse en la mesa con los genuinos representantes del tercio de la población que los estrategas de Evo se disponen a lanzar a las calles armados con piedras, palos y tal vez hasta fusiles y granadas. 

Mesa también sabe que en caso de ser Presidente tiene que reconocer y apoyar el liderazgo creciente de Santa Cruz. Como candidato se tiene que cuidar de las denuncias de que se opone a los legítimos intereses regionales o de que está confabulando con el MAS. Tiene que evitar que los unos y los otros lo ataquen por lo bajo en busca de votos poco informados. 

Evo aterró a los empresarios cruceños con los crímenes del hotel Las Américas. Poco después los compró con la frase “métanse plata al bolsillo, pero no se metan en política”. Le hicieron caso. Es comprensible que algunos prefieran que su socio de largos años sea elegido Presidente en primera vuelta. Con este fin dan su apoyo a la candidatura divisiva de Camacho.

Gracias a este apoyo, Arce puede sobrepasar el 40% de los votos válidos, puede distanciarse de Mesa con más de 10 puntos y puede ser elegido Presidente en una primera y única vuelta.

Las dos últimas encuestas muestran que esto puede suceder. Más de la mitad de los encuestados dijo que su decisión de voto puede cambiar hasta el momento de votar. Uno de cada cinco no expresó preferencia por ningún candidato. Muchos de ellos pueden terminar votando por el MAS. El voto no encuestado del exterior es mayoritariamente masista. 

La decisión sobre quién será el próximo Presidente de Bolivia está en las manos del voto cruceño. Santa Cruz definirá si el MAS gana la presidencia en primera vuelta o si habrá una segunda vuelta en la que Arce perderá. Le toca escoger entre el retorno a una dura autocracia o la retoma del empinado camino hacia una frágil y respetuosa democracia.

Algunos políticos y empresarios cruceños están dando la impresión de que conspiran a favor de un retorno del MAS con sus amplios beneficios. Los votantes cambas de a pie son los que deben darnos una lección de unidad y democracia votando por Carlos Mesa, así no sea su candidato preferido.

Walter Guevara Anaya es un inficionado a la filosofía.



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