En tiempos electorales, los discursos suelen inflarse de promesas y relatos de cambio. Pero la democracia no se fortalece con las palabras, sino por la coherencia entre lo que se dice y lo que se ha hecho. En la segunda vuelta electoral boliviana, la candidatura a la Vicepresidencia de Juan Pablo “JP” Velasco ha desatado una serie de cuestionamientos que van más allá de la política partidaria porque tocan la fibra ética de la función pública.
No se trata de rumores, hay registros concretos que merecen ser examinados con rigor. En 2015, Velasco protagonizó un accidente de tránsito en estado de ebriedad, chocando una camioneta policial y huyendo del lugar, según reportes policiales y notas de prensa de la época. Aquel no fue un hecho aislado. Dos años antes, en 2013, otro incidente vial terminó igualmente en fuga. Se trata de hechos que, en cualquier democracia madura, bastarían para exigir explicaciones antes que ofrecer cargos públicos.
A ello se suma el hallazgo de publicaciones con contenido racista en sus antiguas redes sociales, verificadas por plataformas como Bolivia Verifica y Chequea Bolivia. En esos mensajes –cuya autoría Velasco niega– se expresan frases discriminatorias contra comunidades del occidente del país. Más allá de si fueron o no escritas por su puño, el silencio prolongado y la falta de una disculpa pública real revelan un problema de sensibilidad y conciencia histórica. Un aspirante al segundo cargo del Estado no puede permitirse ambigüedades frente al racismo.
El tercer punto es más delicado aún: la vinculación familiar con el ex Banco Fassil, intervenido por la ASFI tras destaparse un millonario desfalco. Velasco dijo que su familia poseía menos del 1,5 % de las acciones del banco, minimizando así su responsabilidad. Sin embargo, el daño de Fassil se extendió mucho más allá del ámbito empresarial; afectó a miles de jubilad@s, cuyos ahorros fueron invertidos por las antiguas AFP en depósitos y bonos de esa entidad.
Según la Gestora Pública, existen más de Bs 10.458 millones del Fondo de Vejez invertidos en instrumentos financieros ligados a Fassil. Hasta julio de 2025 solo se habían recuperado Bs 1.800 millones, mientras el resto depende de plazos, juicios y liquidaciones en curso. Aunque las autoridades aseguran que los fondos están “bajo garantía”, el riesgo moral y la pérdida de confianza son reales. Las y los jubilados, que han trabajado toda una vida, no deberían cargar con las consecuencias de decisiones financieras poco prudentes, ni de la mala supervisión y quizás complicidad estatal.
Todo esto nos lleva a una reflexión más profunda: ¿qué tipo de liderazgo estamos dispuest@s a aceptar? La política boliviana ha normalizado los escándalos como parte del paisaje electoral, pero no hay democracia que resista si la ética se convierte en un adorno retórico. Velasco tiene derecho a postular, pero las y los ciudadanos tenemos el deber de exigir claridad, responsabilidad y empatía. Un país que olvida sus heridas y tolera el desprecio racial o la impunidad económica corre el riesgo de repetir su historia más oscura.
El caso de Velasco no es sólo sobre un individuo; es un espejo que devuelve la imagen de un sistema político que a menudo premia el marketing antes que la moral. En la segunda vuelta electoral, el voto no será solo por un binomio, sino por un modelo de convivencia: entre la transparencia y la mentira; entre la memoria y el olvido; entre el respeto y la impunidad.
La Vicepresidencia no puede ser refugio de quien no asume su pasado. Porque en la vida pública, como en la vida personal, las verdades que se niegan terminan siempre por alcanzarnos.
Elizabeth Salguero C. es comunicadora social.
Bibliografía
Agencia Boliviana de Información (ABI). (2025, septiembre 29). Dos plataformas de verificación confirman autenticidad de mensajes racistas de Juan Pablo Velasco. Recuperado de https://abi.bo
Brújula Digital. (2025, octubre 2). En 2015, JP Velasco chocó una camioneta policial en estado de ebriedad; después se dio a la fuga. Recuperado de https://brujuladigital.net
El País. (2023, mayo 5).
Gestora confirma que las AFP invirtieron el 5 % del ahorro de jubilados en Fassil. Recuperado de https://elpais.bo
Visión 360. (2025, julio 4). Gestora: hay Bs 10.458 millones de fondos de vejez invertidos en ex Banco Fassil y Bs 200 millones están en recuperación judicial. Recuperado de https://vision360.bo