El carnaval del año 2025 comenzó en Bolivia en noviembre del año pasado, con el primer convite en Oruro; continuaron las aperturas de las carnestolendas, la primera precarnavalera de Santa Cruz, después Tarija realizó la cabalgata de apertura del carnaval chapaco y La Paz desenterró el pepino el 9 de febrero pasado.
El feriado de carnaval para unos son días de descanso, viaje, comida, compartir en familia; otros combinan todo ello con bailes y muchos, muchísimos, mezclan todo con bebidas alcohólicas. En todo caso, en el mundo entero, esta es una celebración que se ha descrito desde inclusive antes de Cristo aunque evidencias más certeras muestran señales de festejos carnavaleros desde el año 1200; las formas para festejar el carnaval son diversas, lo común en todas esas formas tiene relación al descontrol y la permisividad.
Entramos a los feriados carnavaleros con incertidumbre en términos políticos y sociales, ni qué decir en cuanto a la economía; sin embargo el carnaval no para, seguramente es un respiro en términos económicos para quienes comercializan trajes, globos, espumas, disfraces, y también para el transporte y el turismo; por otro lado, lo que nunca entra en crisis es la venta de las bebidas alcohólicas.
Hace poco detuvieron a un bailarín que no había pagado su asistencia familiar y entonando la canción “si quieres bailar morenada, tienes que tener platita”, se ha transformado a: “si quieres tener wawita, tienes que tener platita”. Este hecho invita a reflexionar sobre la responsabilidad, respecto a los hijos, o en todo caso, respecto a decidir si uno desea tener o no hijos.
Que el descontrol no termine en hechos violentos, muertes, violaciones, pérdida de niños ni en accidentes de tránsito; que cada quien se haga responsable de lo que hace y de las consecuencias.
Cecilia Vargas es médica y docente universitaria.