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Intensamente | 27/10/2023

La estrategia del MAS, copar la izquierda y el centro

Carlos Hugo Laruta
Carlos Hugo Laruta

El bailecito chuquisaqueño dice: “Si tus pantalones fueran hechos de vidrio, que claritas se verían tus intenciones”. Si, como vimos en el anterior artículo (“¿Se dividirá el oficialismo?), el MAS no tiene razones substanciales (ni ideológicas o programáticas) para dividirse, entonces se debe mirar más allá de lo aparente para entender su estrategia.

Y su estrategia para 2025 es muy clarita: volver a tener dos tercios del Legislativo, manteniendo al espectro de la izquierda, que la sabe desgastada, y copando el centro. Como sus líderes ya dijeron que van a quedarse 500 años en el poder, su estrategia es abarcar el 60% del voto y sus dirigentes son duchos en la cachaña política (la finta) y en el juego de las apariencias (el show de su imaginaria división). Ojo, antesitos o despuesito de las elecciones, sus líderes harán lo que hace poco en el Parlamento en la elección de la presidencia del Senado: todingos votaron por el wawa cocalero Andrónico, se juntaron, abrazaron y dejaron con los crespos hechos a los crédulos.

1. Las diferencias entre las visiones del MNR el 64 y del MAS en 2023

Como ya vimos en el artículo mencionado, no se puede hablar todavía de división del MAS. Aunque el MNR de 1964 y el MAS del 2023 tengan cierto parecido en sus pugnas internas de posibles candidaturas y en la idea común de continuidad de los procesos políticos que condujeron y conducen, hay también diferencias históricas claras en ambos factores. Además, el diferente contexto internacional y la actual vitalidad de la democracia como campo del juego político establecen marcos electorales donde todo es posible, incluso que los que se golpearon ayer se unan el momento que lo requieran. Entonces, es de sabios no alegrarse de la aparente desdicha ajena que, de repente nomás es solamente un show. 

2. La aparente división, Lauca Ñ y el cabildo

Dos hechos recientes significan para algunos una ruptura en el MAS: el congreso partidario realizado en Lauca Ñ, por un lado, y por otro el cabildo efectuado en la ciudad de El Alto.

En ambos, sin embargo, importante para el análisis, la sangre no llegó al río. Hubo frenos internos en los dos lados que impidieron acciones de mucha fuerza. Si se lo viera con recelo, parecerían dos acciones planificadas hasta el detalle para aparentar peleas, pero sin llegar a las puñaladas. Y, entonces, más allá de lo fuertemente mediático de ambos hechos, efecto que quizá fue buscado, las cosas emitieron un fuerte aroma de complementariedad. 

Entonces, derivar de los sucesos comentados que el MAS se rompió o que se resquebrajó es apresurado. Ver más allá de lo aparente nos muestra a dos actores desplegando sus papeles, a ratos enojados, a ratos sonrientes, pero dos actores que simulan guerra y enfrentamiento. 

3. El populista Evo y el burócrata Arce: las dos cartas son de una sola estrategia

En términos de la base social y electoral del MAS, su amplitud es enorme y ha captado a grandes porciones de la sociedad que vive alrededor de los sindicatos urbanos y rurales y también a un sector de la clase media individualizada de las urbes. Así, casi la totalidad de la sociedad civil corporativizada y que está presente en las organizaciones sociales clásicas de 52, como son la COB, las fejuves, los sindicatos obreros, los campesinos, las Bartolinas y una parte de la sociedad civil de las urbes.

En este esquema, Evo Morales es casi el natural representante de la sociedad civil corporativista de las organizaciones sociales tradicionales mientras que Arce es un interesante brazo abierto hacia la clase media. Entonces, si Evo es el pajpaco, Arce es su complemento racional. Si Evo es el caudillo bárbaro populista de izquierda y radical, Arce se la juega por el centro socialdemócrata de la clase media pragmática y con supuesto sentido social. Como podemos ver ¡ambos son complementarios y no contradictorios!

Si todo lo dicho es correcto, es muy posible que el MAS sepa ya claramente que no podrá proyectarse solo con Arce o con Evo de candidatos. Así que podría llevar dos candidatos que antes de las elecciones coparán la izquierda campesinista y sindicalera radical (con Evo a la cabeza) y también el centro electoral clasemediero (con Arce a la cabeza). Si tienen éxito –altamente probable si la oposición democrática se dispersa– volverán a tener dos tercios de la base electoral del Legislativo. Y como ya lo dijeron aunque muchos no los escucharon, desde ahí se proyectaran los otros 482 de los 500 años que se han propuesto como etapa de gobierno.

Dicho esto, parece que algunos de la oposición democrática no lo entienden, es decir no captan eso de “si tus pantalones fueran hechos de vidrio, que claritas se verían tus intenciones”. El MAS al parecer tiene su estrategia de copar la izquierda y el centro y seguirá haciendo su show de aparente división hasta que le convenga. Frente a esto ¿por qué no ven las intenciones del MAS detrás de sus pantalones de vidrio?

Carlos Hugo Laruta es sociólogo y docente investigador de la UMSA



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