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06/01/2024
Filia Dei

El litio no es ecoamigable

Cecilia González Paredes
Cecilia González Paredes

El tema de minería, si bien plantea varias promesas económicas, debe plantearnos una seria reflexión y acción sobre qué futuro nos depara si continuamos con una explotación que tiene malos antecedentes. Hasta la fecha ¿se ha discutido los problemas que podríamos tener a mediano y largo plazo? Acá algunos puntos en contra que tiene esta explotación del litio, que irónicamente se la relaciona mucho con supuestas alternativas amigables con el medio ambiente. 

La extracción de litio, un componente clave de las baterías, puede tener efectos perjudiciales para el medio ambiente. El proceso puede dañar el suelo, agotar los recursos hídricos y provocar la contaminación del aire. En las regiones donde se extrae litio, como el Triángulo del Litio en América del Sur, las actividades mineras pueden provocar la liberación de sustancias químicas tóxicas, la deforestación y la alteración de los ecosistemas locales, lo que afecta la biodiversidad y el bienestar de las comunidades circundantes. 

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, más de la mitad de las reservas de litio del mundo están disueltas en antiguas aguas subterráneas dentro del Triángulo del Litio. Por cada tonelada de carbonato de litio extraída del subsuelo, se disipa en el aire alrededor de medio millón de litros de agua que son vitales para los áridos suelos andinos. La extracción reduce los niveles freáticos y, debido a que el agua dulce a menudo se encuentra encima del agua salada, esto tiene el potencial de secar los lagos, humedales, manantiales y ríos que florecen donde el agua subterránea llega a la superficie.

También existe la posibilidad, como se ha visto en Tíbet, de que se filtren sustancias químicas tóxicas de las piscinas de evaporación al suministro de agua. Estos productos químicos incluyen sustancias como el ácido clorhídrico, que se utiliza en el procesamiento del litio en una forma comercializable, así como productos residuales que se filtran de la salmuera en cada etapa.

En mayo de 2016, una multitud de manifestantes tomó las calles de Tagong, ciudad tibetana, y soltó una cascada de peces sin vida. Estos peces fueron extraídos de las aguas del río Liqi, donde una fuga de sustancias químicas tóxicas de la mina de litio de Ganzizhou Rongda había causado estragos en el ecosistema local. Este es el otro problema con esta explotación minera. Llega a afectar la biodiversidad local de alguna manera y más cuando no se considera realmente cómo se abordará estos problemas.

Luego hay personas que lamentan que Bolivia no produce baterías de litio, ni para celulares ni para automóviles. Hay que recordar que las baterías de litio contienen metales tóxicos como cobalto, níquel y manganeso, que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana si no se manipulan adecuadamente. Ya somos testigos de lo que sucede con la explotación de oro y los problemas que genera el mercurio en esta actividad.

Otro problema creciente es la eliminación o el reciclaje inadecuados de las baterías de litio, que pueden provocar la liberación de estos metales tóxicos, provocando contaminación y posibles riesgos para la salud. Si bien pueden ser recicladas, el proceso requiere instalaciones y tecnologías especializadas. 

Si bien parece que tuviéramos una oportunidad de oro, una mala gestión de este recurso puede representar una severa amenaza a un ecosistema vulnerable como es el altiplano sur y más casos de contaminación que afectan a la biodiversidad, y también a la salud humana. Quisiera suponer que estas consideraciones se han tomado en cuenta en los magníficos planes para su explotación, pero creo que el tiempo nuevamente nos dará una amarga respuesta por esa falta de planificación real y basada en ciencia.



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