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Cara o Cruz | 07/12/2018

Costas y Sandoval actuaron bien

Raúl Peñaranda U.
Raúl Peñaranda U.
Una ciudadanía tan polarizada como la boliviana genera situaciones como la que se ha vivido en los últimos días: los vocales Antonio Costas y Dunia Sandoval, pese a haber votado en contra de la habilitación de Evo Morales y Álvaro García Linera, han sido criticados por sectores contrarios al Gobierno.
Para esos sectores, los cuatro vocales que se inclinaron a favor de la habilitación de los mandatarios han realizado una acción equivalente a votar en contra de su habilitación. O sea que votar defendiendo los resultados del 21F no tiene ningún valor. Algunos creen que se han prestado a hacer un “teatro”, que estaba todo pactado previamente con el Gobierno y que era mejor para el oficialismo un voto 4-2 que 6-0 a favor de la habilitación. Son todos argumentos débiles. Se les pide a las personas actuar en base a la ley y su conciencia, y cuando lo hacen, son criticadas. Ahora que se han anunciado juicios contra ellos del parte del Poder Ejecutivo, seguro que esos críticos dirán también que éstos están “pactados”.

No hay que perder de vista que el voto disidente de Costas y Sandoval fue muy importante. De no haber renunciado la expresidenta de ese órgano, Katia Uriona, la votación en la sala plena del TSE hubiera estado empatado tres a tres y quizás se hubiera empantanado la decisión. Habría un rayo de esperanza. Pero Uriona optó por no comprometerse y prefirió la ambigüedad. Renunció sin asumir una responsabilidad. Curiosamente, para las diferentes facciones contrarias al Gobierno, esa acción es más positiva que mantenerse en el seno del TSE y votar contra Morales. Demuestra los vericuetos extraños de cómo la gente asume sus posiciones.

Otros usuarios de las redes sociales y que son contrarios al Gobierno creen que Costas y Sandoval deberían renunciar a sus cargos. Esa acción no serviría de nada, excepto entregarle el control del TSE, ya definitivo, al MAS, como lo logró parcialmente la renuncia de Uriona. Es que a los bolivianos les gusta el testimonio, pero no las acciones prácticas.

Costas y Sandoval, que han actuado bien, deben mantenerse en el seno del TSE porque se necesita que dos personas autónomas independientes velen por la buena conducción de los futuros procesos electorales. Por lo menos podrán denunciar si hubiera alguna irregularidad. El maximalismo opositor, como en todos los casos, falla también en éste.

Raúl Peñaranda es periodista.



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