El pasado lunes 10 de febrero
tuve el gusto de ser parte del conversatorio que organizó la Agetic para
presentar el avance que ellos tienen en cuanto a eliminar el uso de papel para
todos sus procedimientos y posteriormente abrieron el micrófono para que
algunos ciudadanos pudiéramos comentar nuestra experiencia con este tema.
Hace cuatro años levanté las manos en la función pública, luego de haber intentado durante un par de años trabajar por mi país, sin hacer caso a las ideologías políticas o las prácticas habituales en la función pública como los “aportes voluntarios” y demás chantajes laborales.
El cargo que ocupé, no tenía un contacto directo con el ciudadano, excepto cuando me tocaba armar talleres para difundir la realidad y normativa del tema que me correspondía. Por ello es que aprendí lo tedioso que puede volverse producir desde un simple informe, hasta conseguir el permiso para impresión de un material informativo de difusión. Todo porque en toda esta cadena de pasos, la cantidad de papel y firmas que debe recolectarse es absurda.
Recuerdo que en más de una ocasión le preguntaba a mi superior ¿no podemos usar documentos digitales y evitar tanto gasto de papel? Era evidente que no, pues si no lleva la firma, el sello, la mosca, el otro sello con fecha, la hoja de ruta y más, se considera que no existe. Cariñosamente pasé a llamar a la instancia donde trabajaba “Ministerio de Deforestación”, sobre todo cuando un día vi en el pasillo un informe con sus cientos de respaldos que medía unos 60 centímetros de alto. Francamente, dudo que alguna persona se haya tomado la molestia de revisar todos los respaldos.
Todo este papel, va a parar a depósitos, donde alguna persona con cierta habilidad, se encarga de empastar los mismos -y más papel/cartón entra en juego- para que queden como “evidencia”. Lo cierto es que los hongos y demás animalitos microscópicos la deben pasar genial con tanto papel para devorar.
La Agetic ha logrado reducir toda esa burocracia a pasos sencillos y que llevan una firma digital, que no es lo mismo que sacar foto de la firma de uno. Evidente, que es un pequeño avance dentro de todo el aparato estatal y el trabajo más complejo será que el usuario, desde ministros, hasta los que reciben las cartas, cambien la manera de pensar y dejen de creer que si no está en papel no existe.
Justo este es el punto en el que coincidimos con otros panelistas. Sin ser yo del área de informática o sistemas, comprendo lo ventajoso que es manejar los documentos de manera digital y evitar un montón de vueltas. Sin embargo, esto no sucede con profesionales de otras áreas. Influye en gran manera también que durante mi estudio de postgrado, en mi alma mater, todo se manejaba de manera digital, excepto los trabajos de mis alumnos que sí debían entregar en los dos formatos. Al menos me dieron la opción de aceptar trabajos en hojas de reúso.
La pregunta del millón es ¿cuánto ahorro representaría al país cortar el uso de papel? Pero aún más importante, es soñar con el ahorro de tiempo que tendríamos al volver los procesos más eficientes y sin tanta vuelta. El otro aspecto que se menciona y reconoce, es que al lograr esto, hasta sería factible reducir la corrupción, sobre todo si se aplicaran, por ejemplo, certificados digitales como los que manejan las plataformas de blockchain.
Una joven amiga que está próxima a terminar su carrera de administración de empresas y le gusta mucho esto de gobierno digital e inteligencia artificial, me comentaba: “Es posible que mucha gente se quedaría sin trabajo al no poder adaptarse o no tener la capacidad de operar con estas herramientas”. Sería una realidad, pues el trabajo eficiente no se puede ejecutar con profesionales mediocres.
Lamentablemente, hasta que esto se vuelva una realidad, solo nos queda soñar que algún día, pagar impuestos, no demandará acumular “boletas”, presentar engorrosos formularios y que en un par de “clicks” estará listo el proceso. Que los funcionarios del “vuélvase mañana” o “le falta una fotocopia legalizada” desaparezcan. Los que entendemos, sigamos apoyando este cambio tan necesario para el país.
Cecilia González Paredes M.Sc.
Especialista en Agrobiotecnología