La Paz, 11 de diciembre de 2024
Visión Sostenible |8|12|24|
El sector tecnológico, tradicionalmente dominado por hombres, ha comenzado a abrir sus puertas a más mujeres en los últimos años. Sin embargo, las brechas de género en acceso, representación y oportunidades siguen siendo un desafío importante.
“Si observamos las estadísticas, en algunos casos, ha incrementado la participación de mujeres en el área tecnológica. Sin embargo, anteriormente sí existía esa brecha, donde la interacción de los hombres en tecnología siempre era un poco más alta y la de las mujeres más baja. Con los diferentes proyectos y actividades que realizamos, tratamos de dar un poco de prioridad a las mujeres para que tengan mayores oportunidades de capacitación en diferentes áreas”, explica Tatiana Rengel Tarquino, docente de la carrera de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Datos proporcionados por Cisco destacan que solo el 24% de las mujeres en Latinoamérica se gradúan en carreras relacionadas con Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). De ellas, una proporción menor logra incorporarse al sector digital. Esto no solo limita las oportunidades de desarrollo para las mujeres, sino que también frena el potencial crecimiento económico de la región.
Un informe de la Comisión Económica Para América Latina (Cepal) revela que, en América Latina y el Caribe, menos del 40% de las graduadas en educación superior eligen carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). En áreas específicas como ingeniería, industria y construcción, la participación femenina es del 30,8%; mientras que, en TIC, alcanza apenas un 18%.
A pesar de las mayores credenciales educativas de las mujeres, las desigualdades persisten en el mercado laboral. Solo una de cada dos mujeres participa en este ámbito, y las que lo hacen enfrentan disparidades salariales y limitaciones en la producción científica.
Por ejemplo, menos del 30% de las patentes en la región incluyen mujeres en los equipos de invención y en ingeniería, solo el 30% de las publicaciones académicas están lideradas por mujeres.
Iniciativas para cerrar la brecha de género
En respuesta a esta problemática, diversas organizaciones han puesto en marcha iniciativas para fomentar el acceso de mujeres y niñas al mundo STEM. Cisco, por ejemplo, lidera programas como Girls Power Tech y Women of Impact , diseñados para inspirar y capacitar a mujeres jóvenes en tecnología.
Tatiana Rengel resalta el impacto positivo de estas iniciativas: “En el caso de Cisco Networking Academy, podemos ver que realmente estamos marcando una diferencia, y eso es lo bonito, porque el trabajo que realizamos está rindiendo frutos y cada vez hay más mujeres entrando en diferentes áreas tecnológicas”.
Desde la academia, universidades como Unifranz, también están trabajando para reducir la brecha de género. A través de cursos en ciencia de datos, inteligencia artificial y programación, buscan equipar a los estudiantes con herramientas que no solo impulsan su carrera profesional, sino que también les permiten emprender.
“Aún se necesita mucho trabajo, pero estamos avanzando. Por ejemplo, en cuanto a tecnología, ofrecemos cursos en ciencia de datos, inteligencia artificial, redes de computadoras, entre otros, que definitivamente pueden aportar mucho, incluso en el caso de la programación”, destaca Rengel.
Educación y el apoyo institucional
El cierre de esta brecha no depende únicamente de los programas educativos. Es crucial que las familias y las instituciones fomenten una cultura inclusiva que motive a las niñas desde temprana edad a explorar carreras científicas y tecnológicas.
“Es importante aprovechar las oportunidades que se generan para seguir capacitando a mujeres y niñas en diferentes áreas tecnológicas y no solo en tecnología, sino también en otras áreas como emprendimiento e innovación. Todo aquello que nos permita seguir avanzando y diversificar nuestros conocimientos en diferentes áreas es importante, especialmente si queremos ser emprendedores”, comenta la experta.
El trabajo doméstico no remunerado también representa una barrera para las mujeres en tecnología, quienes dedican casi tres veces más tiempo que los hombres a estas actividades. Reducir estas desigualdades es esencial para liberar el potencial de más mujeres en sectores altamente competitivos como el tecnológico.
Un futuro más inclusivo
Aunque los avances son visibles, aún queda mucho por hacer. La inclusión de mujeres en tecnología no solo beneficia a quienes ingresan al sector, sino que genera un impacto positivo en la innovación, el crecimiento económico y la equidad social.
“La tecnología es una herramienta que puede cambiar vidas, y garantizar que más mujeres tengan acceso a estas oportunidades es fundamental para transformar el mundo en el que vivimos”, concluye Rengel.
Con el esfuerzo conjunto de empresas, instituciones educativas y familias, el camino hacia la igualdad en tecnología puede ser más accesible. Este esfuerzo no solo cerrará brechas, sino que también abrirá puertas para una nueva generación de líderes tecnológicos.