Tener el acta electoral de mi mesa, una vez concluido el escrutinio y cómputo, pegada en algún lugar visible del recinto electoral aumentaría mi confianza porque, así como yo, mucha gente podría ver quién ganó y si le interesa, tendría toda la libertad de fotografiarla, filmarla o registrarla de alguna manera. Sería una forma casi inmediata de saber qué pasó. Me estoy refiriendo a una de las propuestas que la Fundación Jubileo ha entregado al Tribunal Supremo Electoral para mejorar la transparencia de las elecciones de agosto de este año.
La exposición física de las actas electorales en los recintos de votación es una medida por demás simple que, en muchos países, como México y Colombia, aún se practica como parte de las medidas de transparencia y que en Bolivia podría permitir que ciudadanos, representantes de partidos, observadores y medios de comunicación puedan verificar los resultados directamente en el lugar donde se realizó el escrutinio y conteo de votos.
En México, el Instituto Nacional Electoral (INE) exige, a través de protocolos específicos, que las actas de escrutinio y cómputo se exhiban en la casilla (mesa) al finalizar el conteo, pegándolas en un lugar visible. Al cierre de la jornada electoral, los funcionarios de casilla (jurados de mesa) realizan el escrutinio y cómputo de los votos emitidos; los resultados se registran en el acta de escrutinio y cómputo y, una vez completada, una copia más grande (sábana de resultados) se pega en el exterior de la casilla (recinto electoral) en un lugar visible para que cualquier ciudadano, observador o representante de partido pueda consultarla, asegurando que los resultados de cada casilla estén disponibles de manera inmediata. Simultáneamente, se envía otra copia al Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), un sistema electrónico diseñado para recopilar y publicar los resultados preliminares en tiempo real. De este modo, la exposición física se complementa con la digital.
En Colombia, según la Registraduría Nacional del Estado Civil, autoridad electoral encargada de organizar y supervisar las elecciones en ese país, las actas de escrutinio deben ser expuestas públicamente en los puestos de votación, asegurando el acceso a observadores y ciudadanos. Una copia del formulario E-14 (acta de escrutinio y cómputo) se exhibe en un lugar visible dentro del puesto de votación, generalmente en una pared o espacio designado. Esto permite que ciudadanos, testigos electorales, representantes de partidos y observadores puedan consultar los resultados preliminares de cada mesa de votación. Paralelamente, los datos de los formularios E-14 se transmiten electrónicamente al sistema de preconteo, lo que permite la publicación de resultados preliminares en tiempo real.
Estas dos experiencias, que muestran una combinación de lo físico con lo digital podrían reforzar la percepción de imparcialidad y legalidad del proceso electoral boliviano. Está claro que, como en todo, habría algunos obstáculos que se deben superar, como garantizar la integridad y visibilidad del acta en algunas zonas alejadas o inseguras, o lograr que los jurados electorales entiendan la importancia de colocar una copia del acta electoral en un lugar visible y protegerla por lo menos un tiempo para que la ciudadanía la vea. Esto nos muestra que, en gran medida, depende también de un trabajo de revalorización del papel del jurado electoral para que, las personas que serán designadas, recuerden que son autoridades electorales y que su papel para mejorar la transparencia el día de las elecciones es fundamental.
¿Qué podría hacer el organismo electoral para lograr que esto funcione? Mejorar la capacitación a los jurados y crear mística en ellos para empoderarlos (sobre todo en el área rural) e informar más y mejor a la ciudadanía para que exija y apoye esta medida.
Además, podría -a través del reglamento correspondiente- señalar que la última copia de las actas electorales sea la destinada a exponerse físicamente (idealmente en un lugar visible del colegio que ese día funciona como recinto electoral) y encargarse de que las copias del acta utilicen un papel químico que asegure claridad en esta última hoja. El Tribunal Supremo Electoral puede hacerlo y, de asumir estas medidas, estaría dando una clara señal de transparencia activa para mejorar la confianza del electorado.
Sandra Verduguez es comunicadora social.