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El Tejo | 05/06/2022

Un reino para Evo

Juan Cristóbal Soruco
Juan Cristóbal Soruco
El acoso que están sufriendo las autoridades democráticamente elegidas en el departamento de Santa Cruz, la sede de gobierno, la ciudad de El Alto y de cuanto territorio que no esté sometido al MAS, y algunos ministros del presidente Luis Arce, no parece ser casual. 

Creo que responde a un plan premeditado de crear caos, utilizando todo mecanismo como la adhesión sincera o temerosa de funcionarios que se mantienen en el aparato estatal; recurrir, como sucede en la Alcaldía de La Paz, incluso a conocidos “lobieros” en los gobiernos “neoliberales”; o a la movilización de adherentes para acosar a la alcaldesa de El Alto, manipulando ciudadanos que a la hora de dar explicaciones no pueden articular argumentos racionales para justificar sus ataques. Incluso buscando censurar al ministro de Gobierno (que, por si acaso, de buenito no tiene nada). El telón de fondo: bloqueos de carreteras y calles, marchas, tomas de tierras, etc.
Mi hipótesis es que ese plan responde a que el ex presidente fugado, don Evo Morales Ayma, anda desesperado y, más aún, su corte de áulicos. Es que 14 años de mandar como caporal deja huella, así se la quiera borrar y que a esa misión hayan destinado a innumerables asalariados. Pensar que perdieron casi todo por un momento de debilidad en la que con su vicepresidente y algunos cortesanos optaron por fugar, debe ser un martirio permanente al que están condenados.
Tal será su desasosiego que poco o nada les importa qué pasa en el país y buscan incendiarlo, así sea a costa de su propia desaparición. 
No les basta ser el poder detrás del trono y digitar a las autoridades legítimas, incluso poniéndolas en ridículo, para que actúen como ellos desean. Quieren, en definitiva, recuperar el rascacielos presidencial en la sede de gobierno y no salir más de él, sometiendo a todo el país a su arbitrio, y presumen que el caos les facilitará cumplir ese deseo.Sin embargo, otros datos permiten presumir que ese deseo es poco menos que imposible de concretar. Los intereses en juego dentro del MAS, una ciudadanía que se encuentra cansada de tanta incertidumbre, temor y desesperanza, la frágil situación económica y la anomia que comienza a dominar el escenario nacional, hacen que  Evo y su entorno comiencen a ser vistos sólo como una variante del pasado al que no se debe dar tanta atención. Incluso hay este dato más: quienes consideramos necesario seguir refiriéndonos a este líder comenzamos a ser criticados porque le estaríamos dando una importancia que ya no tiene.
El argumento de la caída de su influencia refuerza la idea de que en su desazón Evo y su corte radicalizarán acciones para recuperar protagonismo… a lo que se deber poner coto. Presumiendo (otra vez) que no hay posibilidad de que se lo haga mediante nuestra institucionalidad estatal, la propuesta salvadora podría ser ofrecerles un reino, por ejemplo, circunscrito al Chapare, donde puedan ejercer el poder como les gusta, sin injerencia alguna: nada de condenas a la pedofilia, control total del aeropuerto internacional de Villa Tunari, reimplantación del derecho de pernada, libre creación y eliminación de impuestos, libre importación de vehículos y si la edad o la salud lo exigen, atribución del rey para elegir a su sucesor.
La única condición que se les podría imponer es que dejen al país funcionar a su ritmo…En fin, frente a quienes buscan el caos por el caos, nos armamos de valor y exigimos que se aplique la ley o nos refugiamos en la imaginación y poco a poco tratamos de alejarnos de la realidad…
Juan Cristóbal Soruco es periodista

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