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Columna Abierta | 09/07/2025

¡Regalen a su abuela, carajo!

Carlos Derpic
Carlos Derpic

La semana pasada, nuevamente, el MAS acudió a sus maniobras fraudulentas para intentar aprobar en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) el contrato que entrega el litio de los bolivianos a chinos ávidos de ese recurso para continuar su crecimiento capitalista, aunque llamándose “socialistas”.

 Ese tipo de maniobras (contrabandear temas para su tratamiento en cualquier instancia) no fue invento de los masistas, pero no es menos cierto que, durante los gobiernos del MAS, el engaño, la maniobra, el chanchullo, alcanzaron un grado superlativo. No en vano Andrónico Rodríguez, el candidato que se quiere mostrar como la renovación y la posibilidad del diálogo y la concertación, reconoció públicamente las suciedades en que incurrió en su condición de presidente de la Cámara de Senadores para aprobar leyes.

Volviendo al tema del litio, el diputado potosino Guillermo Benavides hizo una denuncia pública en la que señaló que el contrato que se pretendió aprobar la semana pasada era absolutamente desventajoso para Bolivia y beneficia por completo a la empresa china Hong Kong CBC Investment Limited, sucursal Bolivia.

Señaló que se trata de un contrato anticonstitucional, pues vulnera varios artículos de la principal norma jurídica del país. Por ejemplo, el Artículo 352, que determina que “la explotación de recursos naturales en determinado territorio estará sujeta a un proceso de consulta a la población afectada, convocada por el Estado, que será libre, previa e informada”. Nunca se convocó a ninguna consulta relativa al tema. 

Por otro lado, vulnera el Artículo 647 I. de la Constitución, que dispone: “I. El Estado y la sociedad promoverán la mitigación de los efectos nocivos al medioambiente, y de los pasivos ambientales que afectan al país. Se declara la responsabilidad por los daños ambientales históricos y la imprescriptibilidad de los delitos ambientales”. La empresa china que graciosamente quiere beneficiarse con la aprobación del contrato nunca presentó un estudio de impacto ambiental.

El contrato también viola el Artículo 403 I de la Constitución: “I. Se reconoce la integralidad del territorio indígena originario campesino, que incluye el derecho a la tierra, al uso y aprovechamiento exclusivo de los recursos naturales renovables en las condiciones determinadas por la ley; a la consulta previa e informada y a la participación en los beneficios por la explotación de los recursos naturales no renovables que se encuentran en sus territorios; la facultad de aplicar sus normas propias, administrados por sus estructuras de representación y la definición de su desarrollo de acuerdo a sus criterios culturales y principios de convivencia armónica con la naturaleza. Los territorios indígena originario campesinos podrán estar compuestos por comunidades”. Nada de esto se ha cumplido.

En cuarto lugar, el contrato vulnera el Artículo 351 I. constitucional: “El Estado asumirá el control y la dirección sobre la exploración, explotación, industrialización, transporte y comercialización de los recursos naturales estratégicos a través de entidades públicas, cooperativas o comunitarias, las que podrán a su vez contratar a empresas privadas y constituir empresas mixtas”.

Explicaba el diputado que Yacimientos del Litio Boliviano sólo podría incursionar en el área otorgada a la empresa china en dos ocasiones: la primera, durante el montaje de la planta, y la segunda, durante el encendido de la misma. El resto quedaba a merced de la empresa china. ¡Qué gran manera de defender la soberanía nacional la de los masistas!

Agregó Benavides que el contrato, además de inconstitucional, es ilegal, porque vulnera artículos de la Ley 1333, de Medio Ambiente, la Ley 928 del litio y la Ley 535 de Minería. Señaló también que no es un contrato de servicios, sino un préstamo que otorga China, con un interés del 12% que haría enfermar de envidia a cualquier fondo buitre. Para rematar, dio a conocer que los impuestos que pague la empresa le serán devueltos.

Total, que se trata de un contrato absolutamente inaceptable para cualquier persona medianamente instruida, y lo debería ser también para quienes se consideran defensores de la soberanía y antiimperialistas.

¿Cómo se explica esta conducta? Por la afiliación del país con el eje Rusia–China, etcétera, y (¡cuándo no con los masistas!) por el billete fácil que llegaría a los alcauciles de turno. Circuló dinero para obtener votos de los asambleístas, en montos que iban de Bs 10.000 a Bs 20.000. Tal cual ocurrió en la década de los 90, cuando, durante el gobierno de Jaime Paz Zamora, se pretendió adjudicar la explotación del litio del salar de Uyuni a la Lithco. En aquella ocasión, dos diputados de ADN, un senador del MIR y un diputado del MNR iban a engordar sus bolsillos con el negociado.

El Ministro de Hidrocarburos y Energía dijo, tras el fracaso de la maniobra masista en la ALP, que, si el contrato no se aprueba, perderíamos todos los bolivianos. Nosotros, potosinos y bolivianos de corazón, le contestamos al susodicho y a sus congéneres: ¿Regalar el litio boliviano a los chinos? ¡Regalen a su abuela, carajo!

Carlos Derpic es abogado.



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