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Mirada multidimensional | 28/11/2023

Plataforma ambiental

Rolando Morales
Rolando Morales

En el mundo y en particular en Bolivia aumenta la conciencia sobre los problemas ambientales, pero la ciudadanía todavía no reacciona para preservar el medio ambiente y la naturaleza. En la primera parte de este artículo presento un resumen de los problemas ambientales que afectan a Bolivia; en la segunda sugiero cambios institucionales y algunas acciones en medio urbano al alcance de todos los ciudadanos.

Los problemas medioambientales más preocupantes en Bolivia se refieren a la quema de bosques y pastizales para ampliar la frontera agrícola, al uso de mercurio para la explotación de oro y avasallamiento de áreas protegidas con ese fin y a la contaminación de las tierras, del aire y de las aguas de áreas urbanas.

Para evitar estos problemas se requiere actuar en diferentes planos. Por una parte se necesita redireccionar las normas que facilitan y/o no penalizan actividades contaminantes, en particular las leyes llamadas incendiarias, y también cambiar la pirámide de responsabilidades institucionales de control. Los municipios deberían ser los primeros responsables en el control de actividades contaminantes en sus territorios, éstos deberían rendir cuentas a las gobernaciones y éstas al gobierno central. Solo en el caso en que se encuentren en la imposibilidad material de luchar contra incendios o la contaminación por mercurio de campos y ríos, deben acudir a la instancia superior.

Actualmente se tiene la impresión de que los municipios y sus habitantes hacen muy poco para defender sus bosques, sus tierras y sus acuíferos. Incluso, parecería que miran de palco esperando que el gobierno central haga algo. La inercia de las autoridades ediles está muchas veces asociada a la complicidad con los infractores y a sus intereses personales sobre tierras y minerales. Muchas de ellas son poderosos latifundistas en el oriente boliviano. La población local tiene que reaccionar en esas situaciones y la ayuda que les puedan proporcionar organizaciones políticas, sindicales o ONG será bienvenida considerando que se trata de un problema de economía política.

Habiendo mucho interés internacional y recursos frescos, muchos estudios se hacen apuntando la responsabilidad institucional sobre el cuidado del medio ambiente pero poco sugieren sobre lo que debe hacer la ciudadanía en área urbana siendo la principal causante de los problemas de contaminación.

La ciudadanía tiene que aprender a separar la basura, a depositarla donde se debe, a no esparcirla en calles, parques, ríos o alcantarillas y a erradicar el uso de envases no reciclables, en particular las bolsas de plástico; debe recoger los excrementos que sus perros riegan por todas partes. Sería bueno aumentar el interés por el cuidado y cultivo de plantas florales y árboles. Los dueños de casa que tienen espacios para jardines harían bien en cultivarlos. Los que no lo tienen, podrían instalar jardineras colgantes en sus ventanas o balcones. En los techos de los edificios debería haber jardines. Muchos horribles edificios podrían mejorar su apariencia con jardines verticales o jardineras suspendidas. Las flores, fuera de contribuir al medio ambiente, tienen la virtud de arreglar todo lo que es feo. Las alcaldía deberían arborizar las calles y los vecinos deberían asumir la responsabilidad de cuidar los árboles. Serían bien que los espacios abiertos comunes tengan plantas (por ejemplo, el atrio de la UMSA) cuidadas por la misma población (o, en el caso del atrio de la UMSA, por los estudiantes y profesores).

Reducir el uso abusivo e inmisericorde de los automotores sería una buena contribución de la población a la conservación del medio ambiente y a su propia salud. Mucha gente utiliza innecesariamente automotores de alta cilindrada, grandes como ambulancias. Para trasladar a una sola persona consumen varios centenares de gasolina al mes, ocupan el espacio público, provocan embotellamientos y contaminan las ciudades cuando podrían trasladarse tranquilamente con automotores pequeños. Otros utilizan el transporte público para pequeños trayectos cuando el caminar es un ejercicio muy aconsejado para conservar la salud. Finalmente, la gente podría apreciar el transporte combinado bus y bicicleta, en la ciudad de La Paz, el funicular, en Cochabamba, el tren.

Estas reflexiones están dirigidas a las personas que se preocupan por el medio ambiente y que no encuentran la forma de contribuir a su conservación fuera del ámbito de la denuncia al desinterés de las autoridades.



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