Qué lindo sería si pudiéramos retroceder en el tiempo unos dos años o algo más para evitar los errores que cometimos y actuar para evitar la crisis actual.
Comenzaríamos destituyendo a los magistrados autoprorrogados y nos pondríamos de acuerdo para hacer una pausa judicial sobre las excesivas competencias del TCP. Analizaríamos la pertinencia de las sentencias emitidas por el TCP en los últimos años y, si fuera necesario, convendríamos en consenso anularlas. Fortaleceríamos la independencia de poderes y pediríamos al TSE actuar con ecuanimidad.
Pondríamos en marcha una estrategia para reducir el subsidio a los carburantes buscando disminuir el déficit fiscal y sus importaciones sin dañar a los sectores vulnerables.
No suscribiríamos el acuerdo de intercambio de monedas entre el Banco Central y los bancos y, si ya lo había hecho, buscaríamos revertir ese acuerdo antes de su término entregando a los bancos sus dólares y recogiendo moneda nacional. La operación necesitaría gestionar un crédito de unos 3.000 millones de dólares. Una vez realizada la operación, se controlaría que los bancos cumplan sus obligaciones contractuales y devuelvan los dólares que recibieron del público. Esto contribuiría a estabilizar el mercado cambiario y a disminuir la presión inflacionaria.
Se pondría en marcha el sistema del bolsín para transparentar el mercado cambiario.
La caída de las exportaciones de gas significó un duro golpe para el sector externo que fue compensado por importantes exportaciones de minerales, especialmente oro, y por productos de la agroindustria. Estas exportaciones provén una importante cantidad de dólares, pero contrariamente a las de gas, no contribuyen al fisco lo que sería subsanado con un mejor régimen tributario para ambos sectores.
Buscando que la explotación y comercio de oro sean realizados en condiciones amigables con el medio ambiente y para asegurar su aporte a Balanza de Pagos y al Fisco se habría recreado el Banco Minero con funciones similares a las que tenía en el pasado.
Como hay bastante consenso en la necesidad de apoyar el desarrollo de las empresas privadas, se habría iniciado la reforma del Código de Comercio sobre todo en lo que concierne la conformación de sociedades anónimas y la democratización de la bolsa de valores.
Regresando al pasado, se tendría tiempo suficiente para que los que quisieran terciar en las elecciones 2025 se preocupen de formar partidos y entre todos ellos consolidar un sistema de partidos políticos que sirva de pie para la democracia. Se prohibiría el comercio de siglas. Les permitiría, además, mejorar sus planes de gobierno, aclarando y ampliando los aspectos que incluyeron y añadiendo los que se les olvidaron.
No solo de pan vive el hombre. Los políticos habrían tomado conciencia que un país no es como una empresa que busca solo ganancias económicas o presupuestos equilibrados, pues la gente también pide vivir en un ambiente sano, respirar aire puro, acceder al agua, gozar de la belleza de la naturaleza, de su bosques, jardines y parques y disfrutar de la educación, de las buenas lecturas y del arte y tener buena salud. Desea también vivir en paz para lo cual es imprescindible que funcione correctamente la justicia.
Con el tiempo necesario y con la colaboración de diversos profesionales, los propuestas de gobierno se podrían haber mejorado muchísimo estableciendo una visión de país, objetivos sectoriales y políticas claras y ejecutables. Podrían haber superado la fase de diagnóstico, las críticas reiterativas al pasado, las quejas y lamentos, y la mera mención a algunas aspiraciones.
No se hizo en el pasado lo que era deseable hacer, pero como todo es posible, se lo puede hacer ahora o en el futuro.
Rolando Morales es PhD en economía.