Pasantía o voluntariado

Cuando se ven ofertas de pasantías pagadas en otros países, realmente da a pensar si la oferta en Bolivia es más de la categoría voluntariado.

Los últimos años he colaborado en dos proyectos relacionados a ciencia y de menor manera con Tu Beca Bolivia. Los jóvenes que apoyan estas iniciativas lo hacen mayormente como voluntarios. Sobre todo en iGEM Bolivia, los estudiantes han sido capacitados no solo en temas relacionados a la biotecnología, sino también en manejo de redes sociales y comunicación científica o incluso en el arte de debatir. Con ello, han desarrollado nuevas habilidades y pueden manejar distintas herramientas.

Por el tiempo invertido y sobre todo por los logros alcanzados, entendiendo que Bolivia es un país de “cartoncitos”, se ha considerado extenderles un certificado de pasantía, porque básicamente han trabajado y no solo fue una actividad voluntaria. La diferencia es que al haber iniciado como una acción voluntaria, nunca hubo acuerdo sobre remuneración económica.

Sin embargo, una realidad que cada vez me toca ver más, a través de los jóvenes con quienes tengo contacto, es este tema de la pasantía laboral. La pasantía debería ser una experiencia educativa, donde el estudiante realiza actividades dentro una empresa o institución, con el objetivo de complementar la formación recibida en la escuela y así lograr  conocer un ámbito laboral real.

Por lo mismo, la empresa/institución debería tener claro que se trata de un estudiante bajo su responsabilidad de ser formado y no así de mano de obra “barata” o gratis, como sucede en muchos casos. De igual manera, la Universidad tampoco deja de tener responsabilidad y debería estar al tanto de los avances que alcanza su estudiante.

El año pasado, una ahijada terminó una pasantía en la universidad donde estudió y donde hizo el trabajo de: secretaria, planificadora y hasta algo de lo que correspondía al director. Como fue contratada en calidad de pasante, aunque ya es profesional, su sueldo fue menos de 2 mil bolivianos. Cuando decidió no renovar el contrato, hubo hasta molestia por parte del director, que hasta ese momento no aprendía a realizar el POA semestral y hasta la secretaria le rogó para que no se fuera. Claro, es muy fácil contratar a una persona por tan poco y cargarle todo el trabajo.

En otros casos, se le pide al pasante cumplir el trabajo de la institución, dándole una responsabilidad que no corresponde al tiempo de formación educativa en la que el pasante se encuentra. Como es pasante se las tiene que aguantar y yo como jefe me voy a comprometer a mucho más aprovechando que lo tengo al pasante. ¡Qué bonito!

La poca normativa regulatoria en este ámbito para Bolivia, reconoce la asignación y pago de “estipendios”, librados a disposición del presupuesto de la institución. Lo mínimo asignado debería lograr cubrir gastos de transporte y alimentación; dejando de lado otros gastos directos e indirectos en los que incurren los pasantes. En varios casos, el reconocimiento económico mínimo se elimina y lo máximo que obtendrá el pasante es el cartoncito que avala el periodo de pasantía.

Por ello, viendo la que tienen que pasar varios jóvenes que conozco, me cuestiono si realmente son pasantías profesionales o son programas de voluntariado. En todo caso, como parte de estas iniciativas en ciencia, considero que al menos nosotros sí cumplimos con formar y guiar a nuestros voluntarios. Pero lo mismo no puedo decir de varias pasantías ofrecidas por distintas instituciones o empresas.

En todo caso, la responsabilidad que tenemos incluso en voluntariados en áreas científicas, es la de realmente formar las habilidades profesionales de estos jóvenes que confían su tiempo en nosotros. La formación de nuestros jóvenes profesionales no puede ser una chacota ni ser motivo de explotación laboral.

Cecilia González Paredes M.Sc.

Especialista en Agrobiotecnología