Varios países cuentan con iniciativas privadas y públicas que buscan nuevas y mejores alternativas para reemplazar el uso de los fertilizantes nitrogenados en la producción agrícola.
Los fertilizantes nitrogenados se utilizan para aumentar la producción agrícola. Estos se producen a partir de gas natural y contienen nitrógeno, un elemento esencial para el crecimiento de las plantas. Sin embargo, el uso de fertilizantes nitrogenados también tiene un impacto negativo en el medio ambiente.
Cuando los fertilizantes se aplican al suelo pueden ser arrastrados por el agua de lluvia hasta los ríos, lagos y océanos. Su acumulación en cuerpos de agua puede provocar la eutrofización, un proceso en el que el agua se vuelve rica en nutrientes y se produce un crecimiento excesivo de plantas. Esto puede provocar la muerte de peces y otros animales acuáticos y hacer que el agua sea insalubre para el consumo humano.
Una alternativa que aplican algunos productores son los cultivos de cobertura. Son plantas que se siembran entre cultivos principales. Para la labranza cero es necesario dejar de arar la tierra. Luego de cosechar, se deja el rastrojo sobre el suelo, enriqueciendo así la capa orgánica del mismo.
Sin embargo, estas prácticas no son suficientes y tampoco se realizan en todas las zonas productivas. Por ello es necesario considerar alternativas menos contaminantes. La ciencia ha generado una propuesta que toma como ejemplo a las leguminosas y la relación de simbiosis que realiza con un tipo de hongos, que les permiten absorber mejor el nitrógeno del aire.
El uso de estos microorganismos como fertilizantes puede ayudar a mejorar la salud del suelo, aumentar el rendimiento de los cultivos y reducir el impacto ambiental de la agricultura. Hay varios microorganismos que pueden funcionar como fertilizantes efectivos.
Los hongos micorrízicos forman una relación simbiótica con las raíces de las plantas, lo que ayuda a mejorar la absorción de nutrientes y agua. También pueden proteger a las plantas de patógenos y factores estresantes ambientales.
Las rizobacterias viven en las raíces y pueden ayudar a promover el crecimiento de las plantas mediante la producción de hormonas vegetales, la fijación de nitrógeno y la solubilización de nutrientes. Por último, las bacterias fijadoras de nitrógeno convierten nitrógeno atmosférico en una forma que las plantas pueden utilizar, lo que ayuda a mejorar la fertilidad del suelo.
Un par de empresas que destacan a nivel mundial en esta área son: Indigo Agriculture y Novozymes. La primera produce fertilizantes para mejorar la salud del suelo y aumentar la productividad. La segunda se especializa en producir enzimas y microorganismos que abarca hasta el área agrícola. Ofrecen productos como inoculantes de semillas y fertilizantes microbianos para ayudar a mejorar la calidad del suelo y aumentar la producción de cultivos. En Bolivia también tenemos un alto potencial entre los microorganismos nativos de nuestros cultivos.
El desafío es desarrollar este tipo de empresas, que utilicen investigadores bolivianos y crean en la capacidad nacional, puedan convencer al sector estatal que pueden haber incentivos y hasta trabajar de manera coordinada. Y si voy a soñar, yo espero que estas nuevas empresas, puedan estar lideradas por jóvenes que trabajen sin egoísmos y generen las soluciones locales que hacen falta a nuestros productores.