Subieron al poder juntos, Evo sólo a última hora tomó para sí las ideas indigenistas y del socialismo, en los albores de su campaña esos no eran sus temas, pues él viene de una lógica sindical, más ligada al nacionalismo revolucionario, del cual es un hijo como lo es de la Participación Popular; su alma sindical era antiimperialista, antioligárquica, anti empresa privada, amor por el Estado empresario, adicta a las nacionalizaciones y adscripción al corporativismo en la política. Todo eso es herencia del MNR revolucionario del 52.
Arce, un funcionario de medio pelo del Banco Central, fue ministro de Economía de Morales por 14 años, ambos gozaron y dilapidaron un boom de cerca de 80.000 millones de dólares.
Evo y Arce hablaron de un nuevo modelo económico, social comunitario, cuando en realidad ninguno cree en la comunidad y no se la desarrolló nunca. Además, porque el mundo comunitario, minúsculo por cierto y, en especial, el campesino, es profundamente apegado a la propiedad privada, ama al mercado con una lógica fenicia y adscribe al neoliberalismo.
Arce fue ministro todo ese tiempo, primero por ser totalmente obsecuente con Morales, hasta celestino en los amores de Evo con jovencitas que eran fotografiadas con ambos. Entre los dos no realizaron inversiones de exploración de hidrocarburos y por eso ahora Bolivia es un importador neto de gasolina y de diésel; es decir que mataron a la gallina de los huevos de oro.
Entre ambos corrompieron prebendalmente a los campesinos y a los movimientos sociales, financiaron los horribles desfalcos del Fondo de Desarrollo Indígena. Regalaron autos y edificios, dando créditos que no se pagaban nunca porque eran destinados a movilizaciones clientelares en favor del gobierno; entre ambos financiaron decenas de empresas estatales, elefantes blancos deficitarios que incrementan día a día el déficit fiscal que llega a un 11% del PIB.
Pagaron a la TV nacional para transmitir los partidos de fútbol del Jefazo, financiaron el museo de Orinoca para que Morales luzca sus camisetas de fútbol; ampliaron la superficie legal de cultivos de coca para que el narcotráfico tenga más materia prima, convirtieron al Chapare en una geografía sin presencia estatal, dejando que aumente la presencia de carteles internacionales del narcotráfico.
Ambos provocaron la muerte de José María Bakovic y Marco Antonio Aramayo. Morales dio la orden para las ejecuciones extrajudiciales del Hotel las Américas ante el silencio de Arce; sucedió de la misma manera con la matanza de El Porvenir y el ataque a los indígenas en Chaparina. Eso de defensa de los indígenas quedó en puras palabras, el amor por la madre tierra se convirtió en el más despiadado extractivismo.
Arce dejó que Morales desarrollara al máximo su misoginia, ayudó a las ministras de Morales a cantar cánticos machistas celebrando los abusos sexuales del Jefazo. Morales usó su poder para recibir niñas campesinas y abusar de ellas dando prebendas a sus padres. Arce calló en todo momento por obsecuencia, se hizo de la vista gorda ante el estupro, actuó de la misma manera ante el caso de Zapata, el tráfico de influencias y su nombramiento como gerenta en la empresa Camce. Mientras tanto, el ministro Arce se hizo su propio edificio con alfombras persas para demostrar el despilfarro en épocas de opulencia. Llegaron al poder hablando de austeridad, pero en realidad se rifaron millones de dólares en gastos suntuarios.
Entre ambos despilfarraron 15.000 millones de reservas internacionales, subieron exponencialmente la deuda externa e interna, ambas suman la increíble cifra de 37.000 millones de dólares; permitieron que el Banco Central financiara gastos estatales rompiendo las reglas de esa entidad, se comieron la renta petrolera, ambos hablaron del milagro boliviano, cuando el único milagro es que acabaron con la economía boliviana y la llevaron una crisis económica extrema.
Gobernaron al país ampliando las diferencias entre cambas y collas, entre “k’aras y t’aras”, entre izquierdistas y derechistas, insultaron a sus adversarios tratándolos de neoliberales, justamente a ésos que les regalaron el milagro de tener 57 TCF de reservas de gas que mal usaron en casi 20 años de gobierno.
¿Qué méritos tenía Arce para ser candidato del MAS, después de que el cobarde Morales huyo a México? Su gran capital fue su total obsecuencia, así llegó a ser candidato a presidente nombrado por Morales, éste confiaba en la lealtad de un ministro obsecuente, pero Arce, como cualquiera que llega al poder, se engolosinó con éste y comenzó a alejarse de Morales, pues la lealtad no existe en gente de poca consistencia moral.
La sociedad boliviana debe echar al MAS del poder, ganarlo por la vía de las urnas para así crear un futuro no autocrático. Ojalá las diversas oposiciones entiendan que este es el reto democrático del país.