La resistencia a los antibióticos ha sido catalogada como una de las mayores amenazas para la salud pública mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que para el año 2050 las infecciones resistentes podrían causar hasta 10 millones de muertes anuales, superando incluso a enfermedades como el cáncer. El uso excesivo de antibióticos, tanto en la medicina humana como en la agricultura, ha permitido que las bacterias muten y se adapten, generando cepas que son resistentes a múltiples fármacos.
Recientemente, ha sido publicado el primer caso exitoso sobre el uso de Inteligencia Artificial (IA) para identificar y desarrollar fagos, que son virus que atacan específicamente a las bacterias, lo que representa un avance significativo en nuestra lucha contra estas infecciones. Este progreso, informado por Science News, nos demuestra cómo la IA puede ofrecer soluciones innovadoras en un momento crítico para la salud humana.
Los fagos son virus que infectan y destruyen bacterias, y ofrecen una alternativa prometedora ante la limitación de los antibióticos. A diferencia de estos, que atacan a un amplio espectro de bacterias; los fagos son altamente específicos, lo que significa que pueden dirigirse a cepas bacterianas particulares sin afectar a las bacterias beneficiosas del cuerpo humano. Este enfoque no solo tiene el potencial de reducir los efectos secundarios asociados con el uso de antibióticos, sino que también podría disminuir el riesgo de desarrollar nuevas resistencias.
La capacidad de la Inteligencia Artificial para analizar grandes volúmenes de datos genómicos permite identificar y desarrollar estos virus de manera más rápida y precisa. Utilizando algoritmos avanzados, los investigadores pueden predecir qué fagos serán más efectivos contra cepas específicas de bacterias. Este proceso de selección optimiza el tratamiento y, al mismo tiempo, reduce la dependencia de antibióticos, lo que es crucial en un momento donde la resistencia bacteriana se ha convertido en una preocupación global.
Mientras el mundo avanza hacia el uso de tecnologías emergentes como la IA en la investigación biomédica, en Bolivia nos encontramos en una situación preocupante porque la falta de inversión en ciencia y tecnología ha llevado a un estancamiento en el desarrollo de soluciones innovadoras. La carencia de un ecosistema que fomente la investigación limita nuestras capacidades para enfrentar crisis sanitarias como la resistencia a los antibióticos.
El uso adecuado e informado de la Inteligencia Artificial puede generar avances significativos en la investigación médica, como lo demuestra el desarrollo de fagos para combatir infecciones bacterianas. Este tipo de innovación no solo es vital para enfrentar la resistencia a los antibióticos, sino que también representa una oportunidad para que Bolivia pudiera dejar de depender de medicamentos importados, situación actual que ha enfrentado a muchas familias a situaciones difíciles en el cuidado de su salud. Sin embargo, para que nuestro país pueda aprovechar estas oportunidades, es esencial que se establezcan políticas que promuevan la ciencia y la tecnología.
La IA no es solo una herramienta, es una oportunidad que no podemos permitirnos ignorar. Bolivia debe despertar a la realidad de la ciencia y la tecnología como pilares fundamentales para su desarrollo. La lucha contra la resistencia bacteriana y otras amenazas a la salud pública requiere un compromiso colectivo y la Inteligencia Artificial puede ser una de nuestras mejores aliadas en esta batalla.
Cecilia González Paredes. Ms.C. e biotecnóloga y comunicadora científica.