Hace 20 años el Centro de Manipulación Genética
de Plantas de Cultivo de la Universidad de Delhi desarrolló la mostaza DMH-11
utilizando material genético aislado de bacterias del suelo no patógenas y técnicas
en sistemas transgénicos para el control de la polinización.
La mostaza se encuentra entre los tres cultivos de semillas oleaginosas de mayor producción en la India, llegando a aproximadamente 7 millones de hectáreas en producción. Sin embargo las semillas que utilizan, no han experimentado una mejora en los rendimientos. La variedad de mostaza DMH-11 se desarrolló para reducir la dependencia de las importaciones. La India gasta aproximadamente 10.500 millones de dólares para importar 14,5 millones de toneladas de aceite comestible. El aumento de los rendimientos nacionales de aceite de mostaza reduciría significativamente la dependencia de las y los costos asociados.
El 2015, se realizó la solicitud para pedir permiso para la liberación ambiental de este evento al Comité de Evaluación de Ingeniería Genética. Su evaluación se realizó en un ensayo de Nivel de Investigación de Bioseguridad. En este ensayo se evaluó: caracterización molecular, seguridad alimentaria, seguridad ambiental y protocolos de detección. El 2018 el Comité de Evaluación de Ingeniería Genética aprobó que se realicen estudios de campo para investigar sus efectos potenciales sobre las abejas y otros insectos polinizadores. Todas estas pruebas se realizan cuando es un evento nuevo, sin estudios previos.
Una de las activistas mejor pagadas contra el uso de biotecnología en la producción de alimentos, vive y tiene su empresa “orgánica” en la India, por lo que este evento encontró oposición que añadió años al proceso de aprobación. Los grupos aliados de Vandana Shiva ya iniciaron la falsa información de que el evento tiene patente extranjera y pasan de largo que fue desarrollado por una universidad local.
Puede ser que los activistas, van confundiendo aprobaciones. El 13 de octubre de este año, la Oficina del Regulador de Tecnología Genética (OGTR) de Australia emitió la licencia a BASF Australia Ltd., que autoriza el lanzamiento comercial de mostaza genéticamente modificada (GM) con tolerancia a herbicida. Esta solicitud sí fue presentada por una empresa, pero no se trata del mismo evento. La aprobada en Australia es el evento RF3.
El pasado 18 de octubre, el Comité de Evaluación de Ingeniería Genética (GEAC) del Ministerio de Medio Ambiente, Bosques y Cambio Climático de la India, recomendó la "liberación ambiental" de la mostaza híbrida transgénica DMH-11 para la producción de semillas y la realización de estudios de demostración de campo con respecto a su efectos, si los hubiere, sobre las abejas melíferas y otros insectos polinizadores.
Se debe aclarar que esta aprobación, no es aún la comercial que permite que el productor siembre esta semilla para su venta y el consumidor pueda obtenerla en el mercado local. En algunos ensayos previos realizados por el Consejo Indio de Investigación Agrícola (ICAR), se afirma que DMH-11 ha mostrado un aumento de rendimiento promedio del 28% sobre otras variedades.
Los ensayos incluyen generar nuevos híbridos para ampliar la gama de variedades de mostaza, para observar si se presentan nuevos rasgos como resistencia a alguna plaga o mejoran en la calidad del aceite.
Si bien se han tomado varios años, la presión de mercados externos además de la variabilidad en las temperaturas y precipitaciones, hacen imprescindible que cada país vaya generando sus propios mejoramientos genéticos para sus cultivos, tomando como base la capacidad de investigación desarrollada y el apoyo de políticas públicas claras y eficientes. Por este lado del planeta, seguimos tan retrasados como hace 20 años, sin voluntad de promover la investigación local y con una normativa que genera más confusión que soluciones. ¿Nos llegará algún momento el cambio?
Cecilia González Paredes M.Sc.
Especialista en Agrobiotecnología