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Filia Dei | 18/01/2022

El timo del mensaje sobre la dieta alcalina

Cecilia González Paredes
Cecilia González Paredes

La dieta alcalina carece de base científica y es dudoso que pueda reducir el riesgo de cáncer, COVID-19 o cualquier otro mal que padezca.

No fue suficiente la locura de tomar cloro gourmet. Estos días ha resurgido el mensaje por redes sociales de un disque grupo de médicos, que recomiendan una dieta alcalina bajo el supuesto que esa condición impide que el virus que nos aqueja, nos infecte.

Ya hablé sobre este bulo de manera breve en otra ocasión. Pero viendo que hasta en el trabajo no se cansan de sacar este cuento, le dedico la columna de hoy.

Los devotos de la dieta alcalina, indican que se debe consumir un 80% de alimentos alcalinos. Empecemos por este punto. ¿Qué es el pH y qué alcalino, neutro o ácido?

El  pH es el Potencial de Hidrógeno. Con este parámetro se determina la concentración de iones de hidrógeno en una disolución. Estos iones positivos representan una «carga positiva» del hidrógeno. Quizás por eso se cree que mientras más alejado de lo "ácido"... sea mejor.

El pH se mide en una escala del 1 al 14. En uno de los mensajes mañosos, llega incluso una tabla que indica que la palta tiene un pH de 15. Así de cínicos son los que se inventan cuentos.

Este culto promueve la venta de máquinas para alcalinizar el agua de bebida hasta alcanzar un pH de 8,5 o consumir agua embotellada con estos valores. Hay gente que no tiembla en pagar por esta "agua alcalina" 4 o 5 Bs más que la normal.

Resulta irónico, pues para alimentarnos y sacar mayor provecho de nuestros alimentos, estos pasan por un proceso digestivo y de absorción de nutrientes que se encuentra favorecido por el pH de la mucosa intestinal, que varía entre 1.0 a 8.0.

Los alimentos alcalinos que consuma, llegando al estómago, encontrarán un pH entre 1.0 y 3.0. Estos valores influyen de manera positiva en la homeostasis celular, así como en la absorción de nutrientes y cualquier medicamento.

Solo hay un estudio observacional que haya analizado la posible relación de la dieta alcalina con la prevención y el tratamiento del cáncer. El estudio no encuentra relación entre este tipo de dieta y el cáncer. Ante la falta de estudios que avalen o rechacen las ideas que están detrás de la dieta alcalina, hay que concluir que carecen de base científica.

Incluso, el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer (American Institute for Cancer Research, AICR) concluye que la dieta alcalina no es recomendable. La teoría que sustenta este tipo de dieta está basada en estudios de laboratorio aislados que sugieren que las células cancerígenas crecen en un ambiente celular ácido (pH bajo) y que no sobreviven en un ambiente alcalino (pH elevado). Además, lograr un cambio en el pH del medio celular para crear un ambiente menos favorable al crecimiento del cáncer es prácticamente imposible.

Cambiar los niveles de autorregulación que tiene nuestro cuerpo no es sencillo. Los virus mueren en pH extremos, sea ácido o alcalino. Por ello usamos desinfectantes externos para desactivarlos, como el alcohol o la lavandina (cloro).

Usted no puede alcalinizar más su sangre. Este bulo más parece tener origen en personas que no estaban atentas durante la clase de química y al mezclar datos, pensaron que la dieta mágica quedaba formulada.

Solo queda esperar que se dé más importancia a enseñar materias como química, física o biología para contrarrestar tanto invento sin fundamento.

Cecilia González Paredes M.Sc.

Especialista en Agrobiotecnología



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