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Filia Dei | 30/09/2023

El ADN como computadora

Cecilia González Paredes
Cecilia González Paredes

Los científicos han desarrollado un método llamado almacenamiento de datos digitales de ADN, que implica codificar información digital en secuencias de ADN.

La doble hélice del ácido desoxirribonucleico (ADN) puede archivar una asombrosa cantidad de información en un volumen casi inconcebiblemente pequeño. El almacenamiento de ADN es una tecnología que permite almacenar una gran cantidad de datos en un espacio muy pequeño. El ADN podría almacenar toda esa información en una pelota de ping-pong, con espacio de sobra.

El espacio para almacenar datos es un problema porque la cantidad de datos que generamos está creciendo exponencialmente. Se estima que la humanidad generará 33 zettabytes de datos en 2025. Esta cantidad de datos es enorme y es difícil encontrar espacio para almacenarla de forma eficiente.

Los métodos de almacenamiento tradicionales, como los discos duros y las cintas, no son escalables para manejar la cantidad de datos que estamos generando. Los discos duros son costosos y requieren mucho espacio, mientras que las cintas son lentas y difíciles de acceder.

El ADN es capaz de almacenar una gran cantidad de información en un espacio muy pequeño. Empresas, gobiernos y científicos necesitan almacenar grandes cantidades de datos para sus investigaciones y procedimientos. El desafío está en utilizar menos espacio físico, que demanda energía y estrictas normas de seguridad.

Lo que se ha descubierto hace poco es que mezclar y combinar varias hebras de ADN pueden crear circuitos informáticos biológicos versátiles que se pueden usar para extraer raíces cuadradas de números o resolver ecuaciones cuadráticas. Sí, una computadora líquida para ejecutar más de 100 mil millones de programas simples diferentes.

Fei Wang, de la Universidad Jiao Tong de Shanghai (China), y sus colegas crearon circuitos de ADN capaces de realizar operaciones matemáticas. Los circuitos funcionan al instruir a las moléculas de ADN a configurarse de ciertas maneras, lo que equivale a enviar electrones a través de rutas específicas en un chip de silicio.

Los microprocesadores fabricados de silicio acabarán alcanzando sus límites de velocidad y miniaturización. Los fabricantes de chips necesitan un nuevo material para producir velocidades informáticas más rápidas. Existen millones de supercomputadoras naturales dentro de los organismos vivos, incluido su cuerpo. Las moléculas de ADN tienen el potencial de realizar cálculos muchas veces más rápido que las computadoras más poderosas construidas por humanos.

Algún día el ADN podría integrarse en un chip de computadora para crear el llamado biochip que hará que las computadoras sean aún más rápidas. Las moléculas de ADN ya se han aprovechado para resolver problemas matemáticos complejos.

Todavía estamos muy lejos de aprovechar todo el potencial de la computación del ADN, pero en los últimos años los científicos han dado importantes pasos hacia la modificación de esta forma biológica de almacenamiento para utilizarla en tareas informáticas convencionales.

En contraste, en Bolivia reina aún la tecnología de antaño. Si bien el gobierno dice que “vamos a desarrollar” una biotecnología propia, no hay atisbos de generar una política seria y basada en ciencia. Por ahora solo hemos visto rechazo sin fundamento e implementación de técnicas antiguas para algunos procesos. ¿Hasta cuándo durará este estancamiento científico?



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