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Filia Dei | 15/02/2023

Desastre ambiental en EEUU pero apenas nos enteramos

Cecilia González Paredes
Cecilia González Paredes

Hace 10 días, el 3 de febrero, un tren se descarriló en la aldea de East Palestine en Ohio, lo que provocó órdenes de evacuación, un susto de sustancias químicas tóxicas y una investigación federal. ¿Por qué no se ha escuchado más sobre este terrible accidente?

Mientras que muchos alrededor del mundo, comentaban el pasado lunes 6 lo más destacado de la premiación de los Grammy y sus distintas extravaganzas, se continuaba ignorando el accidente que sucedió en East Palestine, en el estado de Ohio el pasado 3 de febrero.

Un tren de carga de 150 vagones de Norfolk Southern que transportaba productos químicos peligrosos y otros materiales descarriló y causó explosión de algunos de su vagones, lo que obligó a cientos de personas a evacuar la ciudad durante varios días mientras la empresa ventilaba y quemaba sustancias químicas cancerígenas de los vagones involucrados en el choque.

Se cree que el tren sufrió un fallo mecánico, ya que una de las ruedas del tren estaba defectuosa y no se había reparado adecuadamente. Además, la velocidad excesiva del tren pudo haber contribuido al accidente. Un nuevo informe revela que Norfolk Southern ayudó a cabildear contra las normas federales de seguridad para los trenes de carga, incluido el requisito de actualizar los sistemas de frenado de la era de la Guerra Civil. Mientras tanto, Norfolk Southern pagó millones a los ejecutivos y gastó miles de millones en recompras de acciones mientras recortaba miles de puestos de trabajo.

Un motivo particular de preocupación fueron los 14 vagones cisterna gigantes que estaban "expuestos al fuego" mientras estaban llenos de cientos de miles de galones de cloruro de vinilo. Esta es una sustancia química utilizada en el PVC, el cloruro de vinilo es inflamable, tóxico y un cancerígeno declarado para el cerebro, los pulmones, la sangre y el hígado.

La Agencia de Protección Ambiental - EPA, dijo el 12 de febrero que no había detectado ningún "nivel preocupante" de sustancias peligrosas liberadas durante o después del accidente, aunque dijo que continuaba monitoreando el aire en todo el Este de Palestina, incluido al menos el interior 210 viviendas. Pero los informes dispersos de animales muertos fuera de la zona de evacuación original continúan avivando los temores.

Lo más terrible, es que la autoridad responsable de esta área, ha preferido guardar silencio, causando la molestia y repudio de varios. En una audiencia llevada a cabo el lunes 13 de febrero, la autoridad prefirió hasta bromear sobre los globos espías chinos o comentar que una mayor diversidad racial en la industria de la construcción es inconstitucional.

Este descarrilamiento afecta a agricultores, la población cercana y la cadena de suministro para los estadounidenses, parecen ser temas que poco importan. La pregunta sin duda sigue siendo ¿cuál es el motivo para callar?

Desde inicios del 2023, han ocurrido más de una docena de accidentes ferroviarios en Estados Unidos. En palabras de un ingeniero en locomotoras, la supervisión ineficaz y una industria en gran medida autocontrolada que ha reducido la fuerza laboral ferroviaria y que prioriza las ganancias récord sobre la seguridad, son los responsables del accidente.

Esta noticia, no deja de ser una reflexión dura sobre tantos descuidos que existen en el país y que a la larga terminan afectando no solo el ambiente donde suceden, si no que la cadena logra alterar hasta la producción de alimentos y eventualmente hasta nuestra salud. La duda persiste ¿Algún día volveremos a tener autoridades calificadas para evitar y frenar acciones que son adversas para todos?

Cecilia González Paredes M.Sc. 

Especialista en Agrobiotecnología




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