CRISPR sigue generando innovación

En 2020, Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier recibieron el Nobel por las distintas aplicaciones realizadas con esta herramienta de la biotecnología. A partir de entonces, el uso de esta herramienta se ha expandido a más necesidades en la salud, producción de alimentos, procesos industriales y hasta en el cuidado del medio ambiente.

CRISPR es el acrónimo en inglés de Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Espaciadas. Es un mecanismo de defensa que fue identificado en algunas bacterias que lo utilizan para generar defensa contra el ataque de un virus u otro microorganismo. Esta herramienta no fue descubierta solo por dos personas, de hecho se le atribuye sus primeros usos a investigadores como Francisco Mojica, Virginijus Šikšnys o Feng Zhang, entre otros.

Esta herramienta de la biotecnología moderna, permite editar el genoma de los seres vivos. Funciona como editar un documento en Word u otro programa. Cuando usted deja algunos errores ortográficos en el mismo, una tercera persona puede corregirlos sin alterar el contenido general o el mensaje original. Nuestra información genética también tiene varios errores de escritura. En muchos casos estos errores, son los que desencadenan algunas enfermedades como la distrofia muscular, algunas anemias, hemofilia o la fibrosis cística.

En el mejoramiento de plantas de cultivo, el uso es de gran ventaja, pues entendiendo la información de un tipo de cultivo, se puede detectar las secuencias que le confieren resistencia a la sequía, o permiten que el grano crezca más.

El tomate GABA desarrollado en Japón, contiene mayores niveles de ácido gama aminobutírico que puede ayudar a mantener una presión arterial más baja y promover la relajación. Luego de pasar la aprobación regulatoria, se introdujo en una primera fase de prueba con productores y este año ya se comercializa.

También están ya a la venta dos tipos de peces editados con CRISPR. Un pez globo tigre y un besugo, ambos desarrollados por el Instituto Regional de Peces con sede en Kioto junto con la Universidad de Kioto y la Universidad de Kindai. Ambos crecen más que sus parientes convencionales, de manera que esto puede aliviar las tasas de pesca eventualmente.

Japón tiene grandes planes para liderar el impulso mundial para volverse más sostenible. El enfoque está en promover sectores como biomateriales, bioplásticos, biofabricación y construcción a base de madera. Una publicación de agosto, destaca cinco empresas de biotecnología centradas en la bioeconomía que podrían hacer que sectores como la agricultura, la alimentación y la biofabricación sean más sostenibles en Japón.

La startup de agricultura oceánica Alora, busca cultivar plantas de arroz en tierra en aguas saladas y, finalmente, pasar a cultivarlas en plataformas flotantes frente a las costas de países africanos y asiáticos. Las aplicaciones para controlar plagas agrícolas, son aún más prometedoras. ¿Se imagina no tener que recurrir al sulfato cúprico para combatir ciertos hongos? Menciono este fungicida, porque es el usado en la agricultura orgánica y compuesto que daña muchos suelos con el paso del tiempo.

Incluso la Unión Europea, pese a que sus políticos siempre se mostraron contrarios al uso de los OGM, debido a la escasez de fertilizantes y granos, se están acercando a lograr un consenso sobre la edición genética de cultivos y sus institutos de investigación, puedan desarrollar el potencial de esta herramienta. En contraste, ¿cuántas décadas más debemos esperar en Bolivia que nos permitan desarrollar biotecnología hecha por y para bolivianos? Las oportunidades se las podemos abrir a nuestros jóvenes o continuar copiando y comprando tecnología hecha por otros.

Cecilia González Paredes M.Sc. 

Especialista en Agrobiotecnología