Luego de que uno atraviesa un
proceso de revalidación, certificación, legalización del Comité Ejecutivo de la
Universidad Boliviana (CEUB), queda con serias cuestionantes si tanta
burocracia y trámite realmente son necesarios o es que sirven solo para beneficiar
a unos cuantos, como al dinosaurio Max.
Si bien tengo el privilegio de que mi alma mater está en México, a mi retorno tuve que pasar por uno de los trámites que realiza el CEUB para convalidar mi título, en vista que en aquellos años la carrera de biotecnología ni se soñaba en Bolivia. El proceso fue tedioso y hasta en México, las distintas entidades que nos pusieron algún sello de certificación, cuestionaron para qué era necesario tanto papeleo.
Ya en Bolivia, primero fue un desfile ante Cancillería para completar la colección de sellos. El proceso en el CEUB en aquel entonces no fue inmediato. Uno pensaría que para eso paga el trámite, pero igual hay que esperar para que hagan la revisión de todo el papeleo.
Pensé que estos procesos pudieron haberse tornado más eficientes con el paso de los años. ¡Nada más alejado de la realidad! Hace poco más de cinco años, me pidieron en una entidad estatal la famosa fotocopia legalizada de mi título en provisión nacional. En vista que no estudié en Bolivia, el trámite debía realizarlo en el CEUB. Una semana después y más de 200 bolivianos, finalmente me devolvieron la fotocopia con un sello común y una firma. Allí es cuando uno añora que se implementara el blockchain para cortar con tanta tontería de fotocopias legalizadas y demás inventos.
Conversando con una colega del área de biotecnología, quien tuvo la oportunidad de realizar su doctorado en Brasil, en uno de los Institutos más prestigiosos de investigación y salud pública: Instituto Oswaldo Cruz. Tras realizar la traducción legal de su título y otros certificados que le solicitaban, quiso iniciar el proceso para validar su título de Doctorado.
Al respecto, me sigo cuestionando ¿por qué es necesario validar títulos de postgrado? Fuera de Bolivia, tu certificado de postgrado, sobre todo si es de instancias bien establecidas y reconocidas, tiene su propio valor y es reconocido sin necesidad de más sellitos, firmas y burocracia extra.
Durante tres años, la colega estuvo esperando a que le dieran una respuesta. Al final, algún funcionario en el CEUB indicó que no podían realizar esta validación porque ella no se tituló de una universidad. Todo porque donde estudió, no lleva el nombre oficial de universidad. Y como el sueldo recibido, no debe cubrir para realizar una búsqueda y comprobar si se trata o no de una entidad educativa avalada por el gobierno de Brasil, se concluyó que no se puede.
No me tomó más de dos minutos buscar el nombre de este reconocido centro de investigación, para descubrir que el Instituto Oswaldo Cruz no solo tiene un área de formación en postgrado y técnica, sino que además este instituto fabrica más de 5 tipos de vacunas.
En la página del CEUB, indica que una de sus tareas es la de promover intercambio de investigadores y convenios entre distintas universidades que puedan aportar al sistema universitario del país. Si en vez de marear la perdiz con esos trámites absurdos, se dedicaran realmente a hacer lo indicado, quizás en estos tres años pudimos haber establecido un convenio para que nos capaciten a cómo hacer vacunas en alguna instancia académica.
¿Cuántos profesionales altamente calificados optarán por irse del país a raíz de estos engorrosos trámites? La calidad educativa universitaria en Bolivia necesita urgente ponerse al día y limpiar las cadenas de corrupción si realmente quieren que los jóvenes que estudian sean agentes de cambio. De lo contrario que nos alarme el aumento de la mediocridad.
Cecilia González Paredes M.Sc.
Especialista en Agrobiotecnología
@brjula.digital.bo