El plan es básicamente un conjunto de acciones que se pretende ejecutar en un determinado tiempo y ámbito territorial o institucional, para solucionar los problemas identificados en un diagnóstico. Para ejecutar esas acciones son necesarios ciertos dispositivos de eficacia. Por eso el diseño del plan, en cualquier modelo de planificación, contiene tres acápites básicos: 1) un diagnóstico situacional donde, con base en el análisis de datos sobre la realidad, se identifican los problemas con sus respectivos indicadores; 2) el diseño del plan integrado por el conjunto de acciones para solucionar esos problemas. Puesto que los recursos casi siempre son escasos y el tiempo para el que se planifica no siempre es suficiente para solucionar todos los problemas, además se trazan objetivos indicando en qué medida se quiere solucionarlos; y 3) el diseño de la implementación integrado por los dispositivos de eficacia, como la estructura de responsables de ejecutar las acciones, el presupuesto estimado, el cronograma y los mecanismos de seguimiento.
Las acciones, que son lo central de un plan, pueden ser proyectos, programas, servicios y adquisiciones, entre otras. Los proyectos pueden ser de distinto tipo: sociales, ambientales, de infraestructura, de investigación, de estudios de preinversión, de ley, de reglamentos, etc. Los programas son una especie de pequeño plan plurianual que se diseña para el uso de un determinado monto de dinero que donó o prestó la cooperación, o asignó un gobierno para una determinada temática o solucionar un problema.
El diseño del plan no es igual que el del proyecto. Este último, en lugar de objetivo, contiene el objeto del proyecto; en lugar de un diagnóstico, contiene el estudio de prefactibilidad; en lugar de acciones, contiene actividades o ítems a ejecutar, entre otras diferencias. El proyecto es el diseño de una de las acciones del plan. Por eso, el proyecto, en la parte de los antecedentes, debe hacer referencia al plan y a los indicadores del problema al cual busca contribuir en su solución. Además, cada tipo de proyecto tiene su propia estructura de diseño. No es lo mismo el diseño de un proyecto de infraestructura que el de uno social, ambiental, de investigación o de ley. Cada uno tiene una naturaleza distinta, por lo que su diseño es diverso.
Sin embargo, en términos genéricos, un "proyecto" es todo diseño de algo previo a su aprobación o ejecución. Por ejemplo, un proyecto de plan, un proyecto de ley, un proyecto de vida, etc. Pero no es el sentido que se usa cuando se habla de proyecto propiamente dicho en un sistema de gestión.
Es común la confusión entre planes, programas y proyectos. Esto ocurre debido a que son los propios profesores de las universidades quienes los confunden. En Bolivia, desde la existencia del proyecto de grado como modalidad de graduación, suele en esto exigirse la realización de un diagnóstico, del conjunto de acciones, etc. Es decir, el diseño de un plan. Hay otros que pretenden adecuar el diseño de una investigación (tesis) a los proyectos de grado, añadiendo una propuesta al final. Estas confusiones no generan perjuicios únicamente en la academia, también lo hacen en la sociedad, no sólo porque luego los técnicos invierten tiempos extensos en discusiones para ponerse de acuerdo en el diseño de los instrumentos de gestión, sino porque terminan desorganizando el funcionamiento de los sistemas de gestión.
Para que eso no ocurra, en las universidades debiera exigirse que todo/a docente, como requisito ineludible, deba tener formación especializada, al menos a nivel de diplomado, en 1) metodología de la investigación, 2) diseño de proyectos y 3) planificación, de modo que sepan diferenciar el diseño del plan respecto al del proyecto, así como este en sus diferentes tipos.
Carlos Bellott es Constitucionalista en temas de organización y funcionamiento del Estado.