Apartándome de la teoría económica, en este artículo quiero destacar algunas posiciones no económicas de la nueva derecha cuya relación con su doctrina económica y filosófica no la entiendo.
Entre las característica no económicas de la nueva derecha están sus posiciones misóginas, su homofobia, su rechazo a la defensa de la naturaleza y del medioambiente y su tendencia a culpabilizar de todos los males a lo extranjero, en particular, a los inmigrantes, a los bienes importados y a las ideas foráneas. Sus lideres se muestran con frecuencia renegando, de mal humor, expresando un lenguaje soez y atrevido.
Mis amigos de derecha me dicen que ellos no subscriben estas posiciones, no adoptan esas actitudes ni usan ese lenguaje. Les creo y pienso que muchos fieles de la nueva derecha no lo hacen tampoco, pero lo que me preocupa en que algunos de sus máximos representantes a nivel mundial son sus firmes promotores. Entre ellos, el presidente Donald Trump de Estados Unidos, su vicepresidente J.D. Vance y algunos de sus colaboradores, el presidente de Argentina, Milei y sus seguidores Bukele, en El Salvador, Noboa en Ecuador, Orban en Hungría, Bolsonaro en el Brasil y los líderes de algunos partidos de extrema derecha como la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia, Vox en España, la Afd en Alemania o el Partido de la Libertad de Austria.
El presidente Milei tilda a sus críticos de “idiotas”, “descerebrados” y “mogólicos”, cuando no apela al menos creativo “hijos de puta”. Del papa Francisco dijo que era un “comunista asqueroso”. Del personal docente dijo que se pasaban el día “rascándose los huevos”. El presidente Trump y su vicepresidente Vance acaban de propinar un trato grosero al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, provocando el asombro y la crítica del mundo entero; además, puso en evidencia una actitud de piratería de los recursos de los países más vulnerables por parte del gobierno americano.
El rechazo de la nueva derecha a la defensa de la naturaleza y del medio ambiente, su xenofobia, su rechazo al comercio internacional y a las ideas foráneas pueden encontrar un espacio en sus ideas económicas, aunque son fuertemente debatibles. Las ideas proteccionistas de Trump, que serán adoptadas en breve por otros países, tendrán fuertes efectos negativos en las economías que las promueven y en el mundo entero. Su rechazo a lo foráneo, los aislarán de los avances de la tecnología en el mundo y sus posiciones antinmigrantes repercutirán sobre la producción, la oferta de bienes y la inflación. El negacionismo del calentamiento global de Trump y su posición contra las políticas de defensa del medio ambiente están acordes a su política de favorecer a las grandes empresas americanas que contaminan el mundo y destruyen la naturaleza.
Pero lo que es más difícil de entender, y esto es el objeto de este artículo, es la relación entre la doctrina económica de la nueva derecha y la misoginia y homofobia que muestran. Hay muchos artículos en las redes que buscan la relación que entrelazaría la doctrina con esas posiciones o actitudes. Habría dos intentos de explicación, uno se refiere a la religión y el otro a la psicología. Casi todos estos movimientos de la nueva derecha se nutren de argumentos religiosos como la defensa de la familia, de los valores de la sociedad, de la abstinencia sexual, de la negación de los derechos de las mujeres, del rechazo a la población LGTB+ y de algo que habría dicho el apóstol San Pablo sobre la inferioridad de las mujeres con relación a los varones. Una buena parte del electorado de la nueva derecha está constituido por fieles de las iglesias evangélicas que sostienen esos principios, luego por oportunismo o por convicción los políticos los hacen suyos.
La otra hipótesis parte de una especulación psicológica, la de suponer que las personas que sufren de misoginia y de homofobia tuvieron algún trauma familiar o social en su juventud y añaden, en el caso de la homofobia, que no quieren reconocer sus propias tendencias. El hecho de que con frecuencia se encuentren malhumorados, que no sonrían o rían, abona en este sentido.
Lo sorprendente es que haya muchas mujeres que apoyan a los lideres misóginos y homofóbicos y mucha población en el mundo y, en particular, en Bolivia que los defiendan y admiren.
Rolando Morales Anaya es PhD en economía.