Con el apoyo de la Dra. Jacqueline Cortez,
del Comité de Ética y Bioética facultativo y parte del Instituto de Genética de
la Universidad Mayor de San Andrés, se llevó adelante durante la gestión 2021,
cinco mesas redondas de discusión sobre temas relacionados a la genética
humana.
La Dra. Cortez ha incursionado en el campo de la ética y bioética desde el año 2000, trabajando en comités de ética de la investigación principalmente. Al consultarle cómo surge esta iniciativa me comentó: “Como trabajo como docente investigadora en el Instituto de Genética, decidí un día involucrar a los cuatro auxiliares de investigación en esta temática organizando mesas redondas donde podíamos reflexionar y debatir con los estudiantes de la facultad de medicina y de diferentes carreras, cursos sobre temas polémicos de la genética humana. Actividad que la inicié el año 2015 a la fecha”.
Estas mesas redondas se llevaron de manera presencial hasta que la pandemia puso una pausa a esta actividad, que fue retomada este año de manera virtual. Durante este año las 5 temáticas que se tocaron fueron: 1) La verdad sobre las vacunas; 2) ¿Es posible un bebé de 3 padres?; 3) Terapia génica; 4) Terapia con células madre; 5) Biotecnología.
Fue para mí grato ser invitada a ser parte de esta quinta mesa, presentando de manera breve, como la biotecnología es aplicada en la medicina o lo que se conoce como biotecnología roja. Actualmente, no son solo vacunas o medicamentos que se desarrollan con biotecnología y asistencia de microorganismos. Muchos biomateriales son ahora obtenidos a través del uso de estas herramientas y procesos. Desde material de sutura hasta implantes e incluso bionanopartículas que ayudan con la mejora de tratamientos que antes eran muy agresivos para todo el cuerpo.
Es evidente, que como toda tecnología, si esta es mal aplicada, puede cuestionar la verdadera necesidad de utilizarla. El caso más sonado y actual es el de las dos bebés chinas, que fueron modificadas genéticamente en su etapa embrionaria, para impedir el desarrollo del VIH. El científico He Jiankui, además de ser multado, fue condenado a 3 años de prisión.
La comunidad científica internacional y las autoridades criticaron con dureza el experimento, en vista de que hoy existen técnicas para impedir la contaminación por el padre seropositivo hacia la descendencia, por lo que se considera que el procedimiento no tenía ninguna justificación médica. Tras una revisión de los extractos, varios expertos, calificaron de delirante, escandaloso y absurdo al investigador ya que el resumen del supuesto documento está plagado de descuidos, errores y negligencia ética.
La bioética, bajo definición de la RAE, es el estudio de los problemas éticos originados por la investigación biológica y sus aplicaciones, como en la ingeniería genética o la clonación. De acuerdo a Beauchamp y Childress, la bioética tiene cuatro principios: Respeto a la autonomía; No-maleficencia; Beneficencia y Justicia.
La bioética no es una defensa sobre una actitud moral concreta, ni busca ofrecer respuestas determinadas y definitivas sobre determinados temas. Huye de los posicionamientos morales extremos, pero busca una reflexión fundamentada, crítica y argumentada que se centre en la singularidad de la situación concreta.
Por lo mismo, es relevante su inclusión en las mallas curriculares de las carreras que tengan que ver con investigación en seres humanos principalmente. De ahí que las mesas que organiza el Instituto de Genética, son necesarias para discutir tan variados temas. Hago votos de que estas no se limiten a la carrera de Medicina y puedan ser adoptadas por otras carreras.
Coincidiendo con la Dra. Cortez, es preciso tener en mente en el desarrollo de toda carrera científica la frase de Francois Rabelais: «la ciencia sin conciencia es la ruina del alma».
Cecilia González Paredes M.Sc.
Especialista en Agrobiotecnología