Hace más de 15 años, Ingo
Potrykus y Peter Beyer desarrollaron el arroz dorado, enriquecido con
betacaroteno (precursor de la vitamina A), pensado para mejorar la nutrición,
principalmente infantil, en varios países del mundo.
Si bien este era el primer evento OGM (organismo genéticamente modificado) libre de patente porque fue donado para la humanidad, los activistas no repararon en armar costosas campañas y hasta un juzgado ficticio para convencer a las naciones de no dar paso al uso de este evento.
Independiente a todo aquello el Instituto Internacional de Investigación del arroz IRRI, continuó trabajando en adaptar este evento a las variedades de arroz que se cultivan en Filipinas. En julio del 2021, el permiso comercial para este evento fue emitido por las autoridades y así quedó liberado su uso para consumo humano. Como los procesos no son inmediatos, es este año que el producto finalmente llegará a las manos de varios productores en siete provincias.
Los estudios han demostrado que una taza de arroz dorado cocido contiene suficiente betacaroteno para satisfacer entre el 30% y el 50% de las necesidades de vitamina A de los niños menores de 5 años, el grupo de Filipinas con mayor riesgo de deficiencia en esta vitamina. En la actualidad, solo dos de cada 10 hogares filipinos obtienen cantidades suficientes de vitamina A en su dieta diaria.
La semana pasada, el IRRI informó a qué provincias se empezará a distribuir la semilla de este evento obtenido con biotecnología. El evento Golden Rice se ha registrado con éxito en el Consejo Nacional de la Industria de Semillas (NSIC), lo que permite la implementación de esta semilla no solo para los agricultores sino, lo que es más importante, para los productores de semillas y los cultivadores de semillas.
Una vez culmine este proceso de certificación, se podrá producir mayor cantidad de semilla, poniendo al alcance de muchos más agricultores este arroz con más nutrientes. El proceso no es inmediato y en total son más de 10 años que se ha trabajado para llegar a este primer paso de contar con la aprobación y ahora iniciar la fase de multiplicación de la semilla.
Como en otras ocasiones, los activistas saltan airados y empiezan a mezclar quejas con mitos. El grupo denominado Agricultores y Científicos para el Desarrollo de la Agricultura, amigos también de Vandana Shiva, al no encontrar queja con el tema de patentes, se queja de que la distribución es muy limitada, haciendo caso omiso a que esta primera fase es de ensayos y reproducción de semilla.
La segunda queja de este grupo es que el arroz dorado va en contra de la diversidad de arroz que tiene el país. Revisando la página del grupo de activistas, no hallé ni un solo proyecto de fitomejoramiento que rescate variedades nativas o realice secuenciación genética de variedades locales para preservar y mejorar las mismas, algo que el IRRI sí hace.
En otra ocasión haré una explicación del por qué, el uso de la biotecnología no busca reducir la biodiversidad de semillas, al contrario brinda herramientas necesarias para que la misma no se pierda. Pero los grupos amigos de V. Shiva, siempre están cerrados a entender genética básica.
La revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, publicó en diciembre del año pasado una opinión fundamentada, titulada Permita que Golden Rice salve vidas. Allí se hace eco de la carta de los premios Nobel a los intransigentes opositores, y para concluir repito esta cita: “Debe cesar la oposición basada en la emoción y el dogma contradicho por los datos”.
Cecilia González Paredes M.Sc.
Especialista en Agrobiotecnologí