Y llegó el 1 de mayo, día que la Central
Obrera Boliviana (COB) le quitó el papel de regalo que envolvía al Decreto
Supremo 5154 que contenía la disposición de incremento salarial con el que
Gobierno se manifestó para agradar a los votantes, perdón… a los trabajadores.
Todos sabíamos que ese día el Gobierno subiría los salarios a los trabajadores y los costos a los empleadores. Y como desde 2006, este incremento es retroactivo al mes de enero, es decir los trabajadores el 1 de junio recibirán el retroactivo de cuatro meses.
El decreto mencionado tiene tres objetivos: El primero hace referencia al incremento salarial para los trabajadores al servicio del Estado, el segundo objetivo establece el incremento salarial en el sector privado y, el tercero, fijar el salario mínimo.
Para los trabajadores públicos se dispone un incremento del 3%. El mismo que para el magisterio fiscal deberá ser aplicado de forma lineal al haber básico de la escala salarial vigente y para el sector de salud se deberá aplicar de la siguiente manera: un 1.5 por ciento de manera lineal a la escala salarial vigente y 1.5 por ciento de manera inversamente proporcional a la escala salarial vigente.
El gobierno está facultado para subir el salario básico a todos los trabajadores del sector público, pues ellos son sus empleadores. Pueden establecer un aumento de manera inversamente proporcional (más a los que ganan menos y menos para los que ganan más) o pueden hacerlo en forma lineal. En esta oportunidad optaron por un incremento mixto. A los del magisterio fiscal les suben un 3 por ciento lineal y para los otros trabajadores 1.5 por ciento lineal y 1.5 por ciento inversamente proporcional.
El incremento inversamente proporcional genera problemas en el largo plazo. Las categorías ocupacionales dejan de diferenciarse económicamente unas de otras. Es decir, desaparece la remuneración por la responsabilidad que desempeñas y, lo peor, un trabajador con calificación universitaria puede ganar el mismo salario del que no lo es, es decir calificarse para ganar más y subir en la escala social deja de ser un objetivo personal. Por ello en el magisterio, donde son muy celosos de sus categorías, no se atreven a implementar un aumento inversamente proporcional.
El decreto 5154 estipula que el incremento salarial para el sector privado será acordado entre los empleadores/as y los trabajadores/as sobre la base del 3%, convoca a que las partes se sienten en una mesa de negociación y determinen el incremento salarial tomando en cuenta la realidad por la que atraviesa la empresa y sobre todo del comportamiento de la productividad. Pero el decreto también señala que esta negociación debe partir sobre la base del 3%, con lo cual no estoy de acuerdo debido a que esto es inmiscuirse en una realidad particular y sobre todo porque, por decir de algún modo, no tiene jurisdicción.
Respecto al salario mínimo, donde sí tiene facultades por el artículo 52 de la Ley General del Trabajo (LGT), se dispone que sea de 2.500 bolivianos, que representa un incremento de 5,85% con relación al salario mínimo establecido en la gestión 2023. Según Horst Grebe, este incremento “está muy por encima de la inflación acumulada en ese lapso, igualmente por encima del crecimiento de la economía y ciertamente por encima del aumento de la productividad, que ha sido prácticamente nulo”.
El Estado tiene esta atribución debido a que el salario mínimo se lo define como “la cuantía mínima de la remuneración que un empleador deberá abonar a sus asalariados, sin que dicha cuantía pueda ser rebajada mediante convenio colectivo ni acuerdo individual y se la adopta para proteger a los trabajadores contra el pago de salarios indebidamente bajos”. Es decir, está relacionado con la capacidad de reproducción de la capacidad de trabajar, mientras que el salario básico tiene que ver con la productividad.
Estos temas deben ser discutidos durante todo el año para que así el próximo 1 de mayo tengamos una política salarial más apegada a la realidad. El viernes 3 de mayo se comenzó un debate en las redes sociales, me refiero al Diálogos al Café “Marcos Escudero”, organizado por algunas personalidades cobijado por el CERES. También se debe reponer la “Mesa laboral” del Instituto Prisma, para retomar la temática laboral.