Cualquiera que haya subido a un minibús
sabe que al grito de “puede aprovechar” significa que el pasajero puede bajar
en un semáforo, cuando la “trancadera” le impide avanzar al vehículo o cuando
el chofer decide cambiar de ruta. Entonces, “puede aprovechar”, hacer algo en
su beneficio, lo que le permitirá ahorrarse unos pasos sin importarle si eso
ocasiona un accidente o se le engancha la manta o la cartera del pasajero. Para
los bolivianos y bolivianas aprovecharse es un estilo de vida, tenemos muchos aprovechados,
la mayoría de poca monta. Los hay otros que saben sacarle partido a cualquier
oportunidad cuando el grito de “aprovechar” les nace como un impulso.
Recientemente el senador Leonardo Loza aprovechó un viaje oficial a España para ir a ver el partido entre Real Madrid y el Manchester City; sus exhermanos y los que nunca lo fueron se aprovecharon para decirle de todo y terminar pidiendo que devuelva los viáticos. Él, en respuesta, aprovechó para repetir lo que su jefe le enseñó: dijo que quienes lo criticaban tenían envidia de que un indio vaya al Santiago Bernabéu.
Evo Morales aprovechó todo su mandato para construir elefantes azules, para codearse con sus pares de todo el mundo y para seducir a cuenta jovencita le gustaba; más grave aún, para perseguir a sus adversarios políticos. Aprovechó los medios de comunicación, el aparato judicial y el fanatismo de sus cercanos. Otro aprovechado es el senador Andrónico Rodríguez quien se ha subido sobre la ola creciente de machismo reaccionario y liderar la embestida contra las mujeres demostrando ignorancia y mala fe al igualar a los cuatro gatos maltratados por sus mujeres –es posible que sean más– con las miles de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. Agregó que la ley 348 viola el principio de inocencia, de igualdad ante la ley y que va a presentar reformas, seguramente para volverla un arma de venganza contra las pocas mujeres que se atreven a denunciar. Andrónico aprovecha todo esto para salir en la foto como paladín de la impunidad.
Aprovechar es propio de quienes por algún complejo o resentimiento no quieren quedar como zonzos, prefieren el oportunismo. Si llegan al poder aprovechan para que sus hijos obtengan pegas, compren casas de 300.000 dólares, negocien la venta del gas a nombre de sus papis, trasladen a sus esposas en helicóptero sobre la ciudad. Morales también aprovechó para que le otorgaran innumerables doctorados Honoris Causa y su vicepresidente, el no matemático, aprovechó su fama para titularse de mentiras y además ser docente en la UMSA primero y después, en su exilio dorado en Argentina. Con ese entorno, llamar aprovechado a Loza es un acto de hipocresía que no basta para entender el súbito apego a la ética por parte de sus adversarios/enemigos. Si Loza y Rodríguez, junto a sus hermanos, fueron capaces de decir que en 2019 hubo un golpe de Estado, ¿qué más se puede esperar?
Hay también aprovechadores más allá de nuestras fronteras. Uno de los más grandes es el todavía presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, más conocido como AMLO, quien está aprovechando la tremenda torpeza del ecuatoriano Daniel Noboa. Este ordenó invadir la sede diplomática de México en Quito para detener a un gran aprovechado como es el exvicepresidente Jorge Glas, quien habiendo sido condenado aprovechó la venia de un juez corrupto para escaparse y pedir asilo en la embajada azteca. Inmediatamente su amigo Rafael Correa aprovechó para repetir que él también es un perseguido político.
Otras aprovechadoras son la presidenta Dina Boluarte y la ex argentina Cristina Kirchner, quienes se escudan en el hecho de que son mujeres para justificar sus fechorías. Ambas dicen que las discriminan, utilizando una lucha que las ha beneficiado indirectamente.
Si no se hacen ajustes a los tratados internacionales cabe esperar que muchos corruptos se escuden en una supuesta persecución y se vayan a México o Nicaragua, mientras que a los políticos opositores les nieguen justicia por acusaciones inventadas y hasta sentencias falsas.
Así pues, cuando vemos aprovechadores debemos parar las orejas pues puede ser un indicio de peores cosas. Quizás podríamos intentar, como hacen algunos micreros y aprovechar para pisar el acelerador de la reforma judicial y hacer que los muchos violadores de derechos humanos no se sigan aprovechando de la impunidad.